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El regreso a la rutina después de las vacaciones navideñas puede pasar factura

Se acabaron las vacaciones navideñas y los niños vuelven el lunes a clase después de pasar largos días lejos de los libros y con nuevos juguetes. Es un momento difícil para algunos, especialmente para los más pequeños, que pueden volver a pasar por el mal trago de los madrugones y la rutina. Volver a ponerse las pilas no es tarea fácil y es habitual cierta apatía e incluso algunas molestias físicas como dolor de cabeza, aunque tras el periodo de adaptación, que según los expertos no llega a los tres días, todo debe volver a la normalidad. Este lunes algo más de veinte mil estudiantes melillenses, de los distintos ciclos y niveles educativos, se incorporarán a clase tras el periodo vacacional de Navidad que se inició el día 23 de diciembre. Atrás quedarán casi 20 días de asueto y diversión en los que han primado los juegos, la televisión y el levantarse tarde. Por ese motivo volver a la rutina diaria no es fácil.

Pautas
Los expertos apuntan que no existe la llamada depresión postvacacional y que más bien se trata de una "semidepresión" que se caracteriza por un sentimiento de tristeza, falta de sueño y ansiedad, que precisa de un periodo de adaptación. La Sociedad Española de Medicina de la Familia y Comunitaria insiste en que: "No es una enfermedad y que las molestias deben asumirse como propias de un cambio de rutina".

Los expertos apuntan que en esta vuelta al cole, la hora de levantarse ha de estar rodeada de sosiego y paz. La forma de conseguirlo es procurando que no haya que despertar a los niños, que ellos solos se despierten por haber dormido lo suficiente. Para esto hay que calcular la hora de ir a dormir el día anterior. Antes de ir al colegio el niño debería desayunar en familia conversando, jugar un ratito, arreglarse y salir sin prisas.
“Nos despediremos de forma corta y concisa colocándonos a su altura, mirándoles a los ojos e informándoles de cuándo le recogeremos y quién lo hará, un beso y una gran sonrisa harán el resto", indican. Al recogerle a la salida, hay que procurar llegar de los primeros, "ver cómo los demás se van yendo con sus padres y que ellos se quedan esperando produce una incertidumbre innecesaria para tu hijo", señalan los especialistas.

Cuando se recibe al niño "tenemos que ponernos a su altura, darle un abracito y un beso y preguntarle: ¿Has disfrutado aprendiendo juegos nuevos? Me encantaría que me enseñaras" y/o "¿qué fue lo que te hizo reír esta mañana en el colegio". Es muy probable que no cuente nada de lo que sucede en el colegio, normalmente los niños no lo hacen en este momento, pero sí después. Nunca hay que llevar o comprar un regalito o golosina al niño, con un bocadillo o algo de fruta para merendar es suficiente. Si se promete algo al niño hay que procurar cumplirlo ya que de lo contrario el niño se sentirá engañado y es probable que se enfade con razón. En cuanto a las actividades extraescolares los expertos apuntan que "es suficiente con dos a la semana". El juego libre con otros niños favorece el desarrollo de su vida social.

Depresión
Por su parte el doctor Joaquín Outón Ruiz, licenciado en Medicina y Cirugía, apunta que el denominado síndrome postvacacional es un cuadro que "podríamos definir como de desadaptación, con algunos puntos en común con la depresión leve, manifestándose con numerosos y variados síntomas como hastío, inapetencia, desinterés, cansancio, cefaleas, insomnio, dolores musculares, malestar general, cambios de humor, reactivación o agudización de enfermedades que estaban latentes, etc. Estos síntomas, aunque pasajeros por lo general, no requieren ningún tratamiento, ya que suelen desaparecer por sí solos, pero a veces si se perpetúan en el tiempo y no conseguimos recuperar nuestro ritmo habitual, pueden conducirnos con facilidad a un cuadro depresivo".

La postura del también diplomado en Puericultura, coincide con la de otros muchos expertos que manifiestan que todos los seres vivos necesitan un período de adaptación a los cambios y "estar apático después de un período de descanso forma parte de ello. Si esta sensación se prolonga más de dos semanas puede tratarse de algo más serio".

En cualquier caso, exista o no depresión postvacacional, lo cierto es que no pocos al retornar a clase, lo primero que harán será mirar el calendario y ver que quedan 70 días, -en un año bisiesto por añadidura-, para las vacaciones de Semana Santa en las que volver a practicar el apetecible "tumbing".

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Redacción

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