CEAR repasa la situación en su ‘XXI Informe Anual: La situación de las personas refugiadas en España y Europa’
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha constatado que el refuerzo del control fronterizo por parte de las autoridades marroquíes en Melilla tras el trágico intento de entrada irregular del 24 de junio del año pasado ha propiciado un cambio en la ruta migratoria hacia Ceuta, dado el aumento de llegadas más pronunciado de personas migrantes que inicialmente lo han intentado por esa ciudad.
Así lo refleja esta ONG en su ‘XXI Informe Anual: La situación de las personas refugiadas en España y Europa’, publicado este lunes con motivo del Día del Refugiado, que se conmemora este martes.
En este informe hace un repaso muy detallado de la situación migratoria en nuestra ciudad. Así, apunta que la mayoría de los migrantes que llegaron a Melilla por vía terrestre saltando la valla eran originarias de distintos países de África subsahariana, mayoritariamente de Sudán, pero también de Eritrea, el Chad, Sudán del Sur, Mali y Níger.
Las personas que llegaron por vía marítima, por su parte, eran de nacionalidad marroquí y de otros países del norte de África y Oriente Medio.
Asilo
Según CEAR, la mayoría de las solicitudes de protección internacional de las personas que entraron en Melilla en los saltos a la valla del 2 y 3 de marzo de 2022 se tramitaron por el procedimiento de frontera. Las entrevistas de formalización empezaron el día 4 de marzo y se alargaron una semana, “en la que algunas de ellas se realizaron hasta altas horas de la madrugada”.
La entidad critica, de esta forma, “la urgencia con la que se iniciaron las entrevistas” porque “implicó que las personas solicitantes no tuvieran tiempo de recibir la información y el asesoramiento jurídico necesarios, pues se encontraban en cuarentena sanitaria y eran trasladadas en furgones policiales a la oficina de asilo, lo que dificultó la realización de sesiones informativas grupales”.
Y a ello se une que “muchas de las personas solicitantes se encontraban todavía heridas y agotadas del viaje, teniendo que esperar durante horas en la oficina de asilo a ser atendidas”. Pese a ello, el equipo de CEAR les informó sobre protección internacional y asistió a aquellas personas que pudieron ser identificadas como especialmente vulnerables.
“El 24-J se produjeron las escenas más violentas y crueles que se han presenciado en una frontera europea en muchos años”
CEAR dedica un capítulo específico en su informe al trágico intento de entrada irregular del pasado 24 de junio. Y tras recabar testimonios de las personas que consiguieron entrar ese día, o posteriormente por Ceuta, esta ONG señala que “los hechos que por ahora son conocidos son susceptibles de constituir graves vulneraciones del derecho a la vida y a la integridad física, del acceso al derecho de asilo, de la prohibición de tortura y malos tratos, de la prohibición de expulsiones colectivas y una omisión del deber de socorro”.
Así, explica que “los graves hechos que ese día se produjeron constituyen una verdadera tragedia en la que murieron al menos 37 personas y otras 77 aún se encuentran desaparecidas. Se llevaron a cabo también 470 devoluciones ilegales y sumarias”.
El origen fue que, según los testimonios de las personas supervivientes, “días antes de lo sucedido, las autoridades marroquíes intensificaron las redadas y la violencia en los asentamientos de los montes donde sobreviven escondidas en campamento improvisados las personas migrantes de origen subsahariano, a las que amenazaron con dispararles si no abandonaban la zona”.
“Este hecho precipitó su decisión de intentar acceder a Melilla el día 24 de junio”, continúa relatando CEAR. Según apunta, los migrantes pudieron acceder al puesto fronterizo de Barrio Chino “sin encontrar resistencia por parte de la gendarmería marroquí”.
Escenas “violentas y crueles”
Una vez en el control fronterizo, “se produjeron las escenas más violentas y crueles que se han presenciado en una frontera europea en muchos años: casi dos horas de violenta represión de unas doscientas personas que quedaron atrapadas sin posibilidad de escapar, entre balas de goma y gases lacrimógenos provenientes de ambos lados de la frontera, que resultó en una avalancha mortal que dejó a decenas de personas fallecidas y heridas”.
“En los vídeos publicados ese mismo día por la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) se pudo apreciar cómo decenas de cuerpos inertes eran desplazados y amontonados por parte de los agentes marroquíes de una forma «violenta e inhumana», según denunció la propia organización. Tras lo ocurrido, según los informes de AMDH y de Amnistía Internacional, no se proporcionó la debida asistencia sanitaria a las personas heridas ni en territorio marroquí ni en el lado español de la frontera”, agrega CEAR en su informe.
Según esta ONG, solo 133 personas lograron saltar la valla y acceder al CETI de Melilla, procedentes en su mayoría de Sudán, pero también algunas de otros países en conflicto como el Chad, Eritrea, Sudán del Sur y Níger. Estas personas, a quienes se pudo atender desde CEAR, son solicitantes de protección internacional que no pudieron acceder a las oficinas de asilo por estar situadas en territorio español y tener imposibilitado su acceso regular desde Marruecos.
Supuestas vulneraciones
CEAR se hace eco de la denuncia pública del Defensor del Pueblo respecto a que se produjeron devoluciones de inmigrantes. “Algunas de ellas se realizaron mediante el acceso de agentes marroquíes a territorio español, donde los agentes españoles les hicieron entrega de personas que habían conseguido interceptar. Las devoluciones resultan especialmente preocupantes atendiendo a que la mayoría de las personas expulsadas provenían de países como Sudán o Eritrea, nacionalidades con altas tasas de reconocimiento de protección internacional, del 92,5 % y el 96,2 %, respectivamente”, indica CEAR en el ‘XXI Informe Anual: La situación de las personas refugiadas en España y Europa’.
