Respecto al problema que sufre el puerto de Melilla con las intrusiones de inmigrantes que tratan de alcanzar los barcos para llegar a la península de manera clandestina, Miguel Marín sañaló que las medidas de refuerzo de la seguridad en el espaldón que tiene previsto llevar a cabo la Autoridad Portuaria no estarán a tiempo para la OPE. Indicó que la actuación para instalar una valla antiintrusión con el doble de altura de la actual, pasando de dos a cuatro metros, así como las cámaras infrarrojos para controlar los movimientos en las escolleras, será licitada en los próximos días y tendrá un plazo de ejecución de seis meses.
Marín confió en que el número de intrusiones que se producen en el puerto, que superan las 4.000 en lo que va de año, disminuya de manera considerable gracias a estas inversiones, que aumentan el esfuerzo realizado en los últimos años en materia de protección y que ha resultado ser insuficiente.
Así, aseguró que se usarán todos los recursos para evitar que los inmigrantes puedan entrar de manera irregular en el puerto, aunque aclaró que una vez que lo han conseguido, las medidas de seguridad para expulsarlos del recinto competen a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a la Delegación del Gobierno.
De este modo, Marín puntualizó que la Autoridad Portuaria no tiene competencia en materia de seguridad, que corresponde a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tal y como establece la legislación, aunque sí en las medidas de protección, para lo que tiene una serie de protocolos aprobados y actuaciones como ésta en marcha.
