El recién premiado por sus trabajos como fotoperiodista en la valla de Melilla, Jesús Blasco, contó a MELILLA HOY la situación existente en los campamentos en el norte de Marruecos, en especial en el campamento del monte Gurugú, y en la valla de Melilla, así como sus experiencias profesionales en ambos lugares donde Blasco ejerce de freelance y en ocasiones como fixer de otros medios.
- ¿Cuál es la situación de los inmigrantes en el monte Gurugú?
El campamento de inmigrantes que se sitúa en el monte Gurugú sólo es uno de un total de 12 campamentos que existe en Nador. Sin embargo, es el que más destaca debido a que es donde hay un mayor número de inmigrantes en su mayoría jóvenes malienses y camerunense, que tienen la intención expresa de saltar la valla. Además, si en los restantes 11 campamentos hay un total de 900 inmigrantes donde viven más mujeres y niños incluso familias enteras, en el monte Gurugú hay entre 1.000 y 1.100 personas. Aún así, el número de personas varía ya que algunos retornan a sus casas, permanecen en el campamento, o intentan buscar otra forma de emigrar a Europa que no sea por la valla.
El número de personas que se encuentran allí provoca que existan mayores necesidades y recursos. A esto se suma, que a muchas de las ONG marroquíes tienen expresamente prohibido por parte de Marruecos ayudar a este campamento en concreto, porque sino les quitan los permisos para poder intervenir en el resto de campamentos de la zona. Una de las pocas que ha podido realizar mayor trabajo en la zona es la Delegación de Migraciones del Arzobispado de Tánger en Nador que les suben alimentos, dinero, medicamentos e incluso les ayudan en el acompañamiento en el sistema sanitario.
Otra de las particularidades en el monte Gurugú, es el número de redadas por parte de las Fuerzas Auxiliares que afortunadamente a partir de noviembre ha ido disminuyendo y desde la fecha prácticamente no han llevado a cabo ninguna. Sin embargo, cuando si las ha habido, durante las mismas las Fuerzas Auxiliares no es que ya no respeten los derechos humanos, sino que se saltan cualquier legislación europea. Por ejemplo, en uno de los campamentos ya que a pesar de que la zona de este monte es la más presionada existen redadas en todos los lugares, el pasado 15 de diciembre expulsaron a golpes de un campamento en el que había incluso 24 niños de corta edad. Así, los metieron a todos en camiones y todo lo que tenían juguetes, ropa y se lo quemaron, y los soltaron la frontera con Argelia.
Realmente, si Marruecos quisiera quitaría los campamentos del norte de Marruecos, pero les conviene el doble juego de que les financien por parte de Europa las fuerzas auxiliares y le den dinero para luchar contra la inmigración irregular.
Pero la situación es insostenible, ya que son personas, y algunas podrán estar movidas por mafias como dice la Delegación de Gobierno, y también algunas podrán tener el fin de lucrarse, pero en su inmensa mayoría son personas que están allí porque están pasando en su país muchísima necesidad y penuria.
- ¿Ese es el fenómeno usted denomina la 'caza de inmigrantes'?
La caza de inmigrantes por parte de las fuerzas marroquíes se da desde que existen los campamentos desde el año 2.000 en los bosques de Mariguari. De hecho se ha construido campamentos militares y acuartelamientos logísticamente pensados para combatir a la inmigración irregular y los campamentos, como el que existe en Mariguari.
Desde que se construye la valla de Melilla hasta hoy existen estas redadas, y en especial en la época turística en la que existían acuerdos con Europa y en los que España y el continente vecino daban dinero para ello.
Las Fuerzas Auxiliares de Marruecos que nacen cuando se independizan los franceses, son financiados por ellos y los españoles. Estas fuerzas auxiliares eran un cuerpo paramilitar que se dedicaba a cuidar las zonas turísticas de ocio y recreo para que la gente que quedaba de los protectorados español y francés y los turistas tuvieran seguridad.
Este cuerpo ha ido derivando su función a la lucha concretamente contra la inmigración siendo "los perros de presa" de Europa, ya que hacen lo que ellos no pueden hacer de cara a la galería".
- ¿Existe alguna denuncia europea o marroquí hacía lo que está ocurriendo en Marruecos?
Las únicas denuncias que hay respecto a las actuaciones de las Fuerzas Auxiliares y de la Guardia Civil que en ocasiones usa una fuerza desmesurada y que lleva haciendo expulsiones sumarias en contra de nuestra propia legislación desde hace tiempo, son las que han hecho algunas asociaciones de Melilla y otras como las Asociaciones Pro Derechos Humanos y Pro Derechos de la Infancia (Prodeim), Andalucía Acoge, la Asociación Pro Derechos Humanos de Melilla y de Andalucía, Caminando Fronteras de Ceuta pero poco más y aún se está tramitando. La justicia es ciega y muy lenta, sobretodo en estos casos.
- ¿Cómo ve la situación en la valla de Melilla?
El fenómeno de la inmigración sur-norte es muy antiguo y existe antes que la valla la cual no va a frenar este problema. Los saltos en la valla se convierten en una lucha cuerpo a cuerpo donde España a través del último peón que son las fuerzas españolas intenta por todos los medios que nadie penetre en su frontera y el inmigrante a través de sus medios que son muchos menos intenta desde su campamento llegar a Melilla. En este camino el inmigrante se está jugando la vida tanto en quedarse en un campamento como en la búsqueda de un futuro mejor para él y su familia.
Hay gente que ha muerto incluso en la propia valla y no existe ningún muro que pueda frenar el hambre física, ni el hambre de progreso y una vida mejor. Aunque España ponga concertinas y Marruecos ponga una valla de tres metros rodeada de cuchillas que está pagada cien por cien por empresas españolas y que encima no tiene mucha lógica a pesar de que el gobierno diga que es un medio disuasorio no agresivo, no dejará de pasr.
No somos tontos, la valla se construye en 1998 y se inaugura el 29 de marzo de 1999 y en ese tiempo la valla ya tenía concertinas, en concreto las de suelo, las nuevas que se han puesto son las que coronan la valla y las que están a cuatro metros para que las personas que saltan no usen escaleras. Este tipo de materiales no se ponen ni para ahuyentar a las fieras.
- ¿Qué solución propone para todo este fenómeno que se está dando?
La gran solución no existe, sino que pasa por pequeñas soluciones que estén en nuestra mano. Por ello para empezar todas las partes deben cumplir su cometido, el inmigrante no usar la violencia, la policía atenerse a la ley, los periodistas contrastar la información, etc.
En definitiva, es un problema con muchos vértices pero por ejemplo propondría formar mejor a las fuerzas de seguridad, realizar un protocolo específico de actuación, poner observadores de derechos humanos en la valla por parte de la Unión Europea, políticas sociales en los paises de tránsito y de partida, ayudaría en políticas de empleo desarrollo juvenil a los paises de origen entre otras. La mayoría de gente que salta la valla tienen estudiosbásicos e incluso universitarios, cada vez menos porque cada vez son más jóvenes, pero estamos haciendo que los mejores cerebros, la mano de obra fuerte de los paises de África se muera de camino a Europa en vez de levantar los paises de origen.
Aún así, lo que si que no puede ser es que las únicas políticas que desarrolle la UE sean de seguridad, ya que por ejemplo para el próximo quinquenio haya 3.600 millones a la frontera sur y todos en seguridad.
- ¿Cómo es la experiencia de trabajo tanto en los campamentos como en la valla?
Por un lado, en el monte Gurugú si nos pillan subiendo o bajando o ayudando los periodistas o ayudando a los inmigrantes, te pueden llegar a detener o quitar los materiales y te acusan de estar ayudando a la inmigración irregular en Marruecos. Pero cada vez vamos mejorando los métodos para evitar estas situaciones y por nuestra seguridad, ya que pensamos que es una labor necesaria al fin al cabo.
Además, todas las productoras o medios de comunicación a los que realizo de fixer o tiene que subir alimentos, medicamentos o algo que aportar ya que realmente estamos invadiendo su casa y en ocasiones estamos sacando dinero de ello. Normalmente cuando voy intento ayudarles tanto en necesidades básicas de alimentación y salud como en ocasiones transmitir cartas o fotografías a sus compañeros del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). A veces hablas con ellos y pasan un tiempo contigo que les hace olvidar sus penas.
Por otro lado, los periodistas estamos no para acusar únicamente a alguna de las partes, sino para contra y denunciar la verdad, aunque te acusen en ocasiones de casi poco menos de ir en contra del Estado de derecho. Afortunadamente, siendo freelance puedo publicar la verdad sin que haya un medio detrás y gracias a dios puedo vivir de ello y no tengo nadie que me coarte.
Luego la valla tiene un gran problema de accesibilidad directa, ya que el periodista que está en la valla es un estorbo, y la Guardia Civil no te da información en el terreno te redirigen todo a la Delegación de Gobierno de Melilla. Con esto intentan que todo lo que suceda en la valla lo hagas a través de lo que dice la Delegación, por eso los periódicos locales deberían contrastar las fuentes oficiales a través del CETI o de los propios sindicatos de Guardia Civiles.
“Sin periodismo, no hay democracia”
Blasco destacó que "lo que no podemos los españoles es llevarnos las manos a la cabeza cuando se atenta en Francia contra la libertad de prensa", y a la vez "no luchar en nuestro país porque se de la libertad de prensa como ocurre en la valla".
A juicio del fotoperiodista "por parte de las instituciones públicas se pretende que haya una guerra entre medios libres y fuerzas de seguridad y delegación"; lo cual "no es verdad", debido a que "nosotros necesitamos a las fuerza de seguridad como ciudadanos y también ellos como ciudadanos necesitan a la prensa porque sin nosotros no se hubieran destapado la corrupción que está saliendo". "Sin periodismo, no hay democracia", aseguró Blasco.
