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El periódico de Melilla, un orgullo

Empiezo esta Carta el domingo por la mañana, tras haber leído -orgulloso y feliz- un periódico extraordinariamente bien impreso de 84 páginas que se vende en nuestra ciudad, Melilla, al precio de 2 euros, que incluye el MELILLA HOY y el líder de los periódicos deportivos españoles, el MARCA -el único periódico español de ámbito nacional y de papel que se puede comprar en Melilla, porque el resto de los periódicos nacionales no pueden asumir el coste aduanero y de envío que significa enviar cualquier cosa desde la Península española a la también española ciudad de Melilla. Hemos conseguido una de esas cosas que parece imposible conseguir en una ciudad pequeña, mal comunicada, mal estructurada constitucionalmente, mal gestionada desde dentro y desde fuera. ¿Es como para sentirse orgulloso y feliz? Yo creo que sí y quisiera que muchos melillenses se sintieran también orgullosos y felices, que apreciaran lo que -con nuestro medio de comunicación- tienen a su disposición, a su servicio.
Entre las páginas de nuestro periódico de los domingos vamos a incluir a partir de ahora- ya lo hemos hecho el domingo pasado- el Semanario QUEZ, que se incluye en nuestro periódico digital Premiun, el de nuestros suscriptores. Es un semanario básicamente de contenido económico, porque la economía, como se dice y se repite, lo es todo y desconocerlo no limita su influencia en nuestras vidas. En el QUEZ del domingo se analizaba el empeoramiento de las perspectivas económicas de Europa (el que debería ser nuestro ámbito natural de actuación) para 2023. También el efecto de la guerra de Ucrania y su influencia en los mercados de la energía, cuyo encarecimiento ya estamos padeciendo todos los europeos (melillenses incluidos). Asimismo se incluía en el Semanario un análisis de la demagogia y el gasto público desmesurado y poco eficiente que en España padecemos (más de 100.000 millones de euros se podrían ahorrar reduciendo el gasto público español, sin afectar el gasto en educación, ni en sanidad, que, juntos, representan únicamente el 25% del gasto público). O, para resumir, el Semanario proporciona una lección básica para definir qué es invertir (renunciar a algo de lo que disponemos, con la expectativa de recibir algo mejor en el futuro) y las diferencias entre invertir en renta variable y en renta fija. “España tiene una oportunidad de oro llamada gas natural”, es el último artículo de QUEZ, simplemente completando la buena infraestructura que tenemos para importar gas natural licuado de Europa y distribuirlo, ampliando las estructuras y la conexión con Francia y con Portugal, nuestros vecinos, algo que Francisco Bohórquez considera “totalmente imprescindible”, al mismo tiempo que una oportunidad de oro.

La “apertura” de la frontera
“La reciente apertura de la frontera –¿nadie lo imaginaba?-, ha supuesto la mejor “campaña de sensibilización” para la vacunación en nuestra población, al menos de esa parte de la población reacia a vacunarse por diferentes motivos, todos de carácter espurio, una actitud tan insolidaria e irresponsable como incom­prensible (¿?) de estos melillenses”. Lo publicamos el lunes y lo escribió, muy bien y con grandes dosis de ironía, Francisco Robles.
¿Por qué no se vacunaron contra el covid muchos melillenses? Porque no les dio la gana o, quizás y lo más probable, porque no les dieron dinero para ir a vacunarse. Esta ciudad está pasando desde el “todo es gratis”, al punto en el que lo que se haga -vacunarse, aprender a leer, tener hijos, etc- “todo ha de ser pagado” por la Administración Pública que, a su vez y como todo el mundo sabe, no paga nada suyo -porque no genera nada y solo tiene lo que detrae con fuerza a los ciudadanos que generan algo, así que no le importa nada pagar del dinero ajeno… con tal de que le voten, a ellos, aquellos a los que paga.
¿Pensaron, esos/tantos que no se vacunaron, que cada uno podía ser una bomba de transmisión de infecciones y causa, quizás, de muchas muertes evitables? Pues, supongo, unos sí pensaron eso y otros no, pero el resultado es el mismo: lo hicieron, no se vacunaron. ¿Y ahora, una vez abierta la frontera de Beni Enzar, han reflexionado y han cambiado de actitud, corriendo en masa a vacunarse, arrepentidos? No, evidentemente. Ahora se vacunan porque quieren pasar a Marruecos, a ver a sus familiares, o a lo que sea, que tanto importa.
El caso es que la “apertura” de la frontera, consecuencia de un por todos ignorado acuerdo entre el rey Mohamed VI y su rendido súbdito Pedro Sánchez, está siendo una chapuza.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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