Por Francisco E. Fernández.
Nos dice el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que con el impuesto a las energéticas y a la banca podremos bajar el 3,6% de la inflación. Cosa que veo como un verdadero timo a la ciudadanía. La inflación se baja desinflando los precios de las cosas para dejarlos a la venta a su valor real y para ello hay que bajar el precio de la energía, no poner impuestos.
También nos dice el Gobierno que esta medida se crea para que las entidades que obtienen un mayor beneficio económico en España “arrimen el hombro” en este tiempo ocasional de crisis, que según ellos, será de dos años.
Por otra parte, la señora ministra de Economía, Nadia María Calviño, se reunió con los directivos de la Banca y les aseguró que lo que quiere este gobierno es ponerles un impuesto que no les afecte a sus beneficios…Pues ese impuesto es bien sencillo: Ninguno.
Poner un impuesto a la banca con el uso tan diverso de sus actividades es bastante difícil para hacerlo bien. Y también hay que tener en cuenta el contexto en el que se quiere imponer y sus motivos…Desmenucemos el tema:
Por motivo de bajar la inflación…”Ni caso” (café de achicoria). Sin embargo, desde mi perspectiva, se puede poner un impuesto a la banca, obedeciendo a una funcionalidad e intención política. En este caso social-demócrata. Lo primero que tiene que hacer el Gobierno, en mi opinión, es comprender que aunque la banca tiene beneficios, realmente está empezando a recuperarse de esfuerzos anteriores. La solvencia bancaria es la solvencia económica de un país; digo económica, no productiva…son cosas distintas.
Este y todos los gobiernos tienen el deber de reconciliar a la ciudadanía con su banca. El ciudadano tiene que creer en ella porque querámoslo o no, en una economía liberal la banca es la base de todo. Así pues. Ahora no es el momento de poner un impuesto de talante económico a la banca, sino de talante social.
Este impuesto tiene que ir acorde con una época coyuntural de crisis que puede y debe robustecer la fe y la confianza en los bancos, que en la actualidad es nula; casi igual que en los políticos… Muy mala fama.
El impuesto que yo pondría a la banca valdría para hacer de esta institución un agente activo en pro de los más desfavorecidos. Para ello, el pacto Gobierno-Banca debe de hacerlo el Ministerio de Asuntos Sociales y no el de Economía. Se le debe de imponer a la Banca una derivación de sus beneficios en favor de la “Obra Social” que ya de por sí tienen las cajas de ahorro y bancos cooperativos.
Así pues, sería la ministra de Asuntos Sociales quien debiera marcar las pautas de este impuesto, como conocedora de las necesidades de quienes más lo necesitan, Ella debería de guiar la inversión que deben de hacer nuestros bancos en favor de nuestra sociedad.
En estos dos años coyunturales servirá a nuestras entidades financieras para publicitarse y ganarse la confianza y simpatía de los ciudadanos.
Cuando pase este tiempo, desde mi punto de vista, la banca debería de seguir trabajando en obra social para la ciudadanía de la misma forma que lo hacen las cajas de ahorros y bancos cooperativos, bajando, eso sí, la cuantía en inversión social, ya que se supone que la sociedad estará más recuperada. Será entonces cuando el gobierno podrá poner un impuesto a la banca “igualitario” al resto de la ciudadanía, y con ello me refiero a un IVA bancario. Dicho impuesto, en mi opinión no se debe de imponer íntegro desde un primer momento, sino de forma gradual, conforme veamos que la economía se va despertando.
Desde mi perspectiva, el hecho de que los bancos coticen el IVA como cualquier ciudadano, dada la antipatía social que tienen en la actualidad, implicará un acercamiento e identificación de las entidades bancarias con su ciudadanía.
No creo que el Estado deba recaudar los impuestos, para después invertir en beneficio de la sociedad, sino que deben ser las entidades bancarias quienes inviertan directamente en la ciudadanía que los sustenta.
A partir de ahora todos los españoles sabremos que en épocas de crisis la banca siempre estará ahí para apoyarnos…Ahora los ciudadanos tienen el cliché de que los bancos en lo único que piensan es en aprovecharse de nuestras carencias. Y no quiero pensar que eso sea así. Espero que este gobierno socialista intente hacernos ver las cosas no solo desde un prisma económico, sino también desde una perspectiva humana.
