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BALONCESTO - LEB ORO

El Melilla Baloncesto sabe sufrir en su estreno liguero (109-111)

Los de Alcoba comienzan el curso con una importante victoria
(Autor: S.H. Araberri)

La gran salida a pista del decano fue decisiva para que comenzara el choque tranquilo y en ventaja. También su gran final de segundo cuarto antes del descanso supuso un punto de inflexión en el choque, pues el Araberri sufrió mucho en esos momentos en los que se gestó la máxima del partido, que llegaría al poco del tercer cuarto. Tras dos tiempos muy buenos se vio un tercer acto muy discreto de los melillenses que dio alas a su rival y le abocó a un último acto apretado, muy duro e impredecible. Agónica pero muy merecida victoria a domicilio de un Melilla Baloncesto que dejó una gran impresión en ‘Mendizorroza’ ante un batallador Sáenz-Horeca Araberri. Los melillenses completaron una gran primera parte con un inicio de partido y unos minutos finales antes del descanso muy buenos que le sirvieron para marcar diferencias.
Sin embargo, los alaveses nunca se relajaron y, tras el receso, se volvieron a meter en la pelea por el resultado. El cuarto final fue el más igualado pero el decano no consiguió mandar como antes y se vio obligado a ir a una prórroga en el que cualquier cosa pudo pasar.
El Melilla Baloncesto comenzó algo más entonado que su rival, fundamentalmente en defensa, y eso unido a la buena mano de Gilling en el lanzamiento provocó que los visitantes mandasen en el marcador en este inicio de partido. Los vitorianos no tenían precisión y perdían demasiados balones, 4-11 en el minuto cuatro, pero el pequeño y explosivo Robinson Junior dinamitaba el ritmo de juego alternando errores y aciertos pero siempre a toda castaña, 12-13 apenas minuto y medio después con dos triples imposibles y dos faltas por falta de freno. Los visitantes se mostraron serios y Olivier puso orden, atacando con pausa y criterio en la ‘pintura’ y demostrando que Zyle o Balaban podían hacer mucho daño. Así, los azulones se situaron con nueve puntos de renta (15-24), con un triple de un Zyle que hacía muchas cosas. Tras el bocinazo, 22-31 con triple final de Jonathan Gilling.
El Melilla Baloncesto comenzó algo más duditativo en el segundo acto, pero, al menos, mantuvo la intensidad defensiva y evitó que los locales se acercaran demasiado, 29-34. Entonces, la entrada de Txemi Urtasun le aportó solidez y puntos a un grupo que defendía concentrado, aunque Robinson Junior no dejaba de sorprender para lo bueno y lo malo. De este modo, la distancia en torno a los diez puntos no tardó en reinstalarse en el luminoso, tras una extraña antideportiva a Tavakalyan, y el cuarto discurrió sin grandes sobresaltos para los visitantes, 31-42 rondando el ecuador del periodo. De ahí al descanso, el Araberri siguió a remolque de juego y marcador sin encontrar la manera de atacar a su oponente, e incluso en el tramo final, cuando buscó presionar a toda cancha, recibió un mayor castigo. Al receso, 45-59.
No varió el panorama en el reinicio y el decano siguió siendo mejor equipo, estableciendo una nueva máxima en el electrónico con el 52-64. Pero volvieron a entrar en escena los 165 centímetros del atlético Robinson Junior y el Araberri se envalentonó, también desde la larga distancia, para conseguir un buen parcial con el que recortaba diferencias, 61-66 en el ecuador y tiempo muerto de un Alejandro Alcoba que ahora no lo veía claro. De vuelta a pista el juego se trabó mucho más y durante unos minutos no se vieron puntos. Ambos equipos cometieron errores de todo tipo y hubo mucha pelea en las ‘pinturas’ hasta que Chuku rompió la sequía con un triple esquinado y con una mano delante delante de la cara.
Pero ahora la dinámica buena la tenía el Araberri y un Dedovic hasta entonces desaparecido daba un recital desde el triple, 69-72 a falta de minuto y medio. De ahí a la finalización del cuarto el Melilla Baloncesto apenas mejoró sus prestaciones pero sí supo sufrir y no dejó que los naranjas consumaran la remontada (72-77).
Los nervios y la tensión volvieron a embarullar el juego en el arranque del último acto. El decano se agarró a un Chuku superior bajo los aros y así logró no perder la iniciativa, 74-81 en tres minutos, pero los pupilos de Antonio Herrera no perdían la fe, aunque ahora Didavic no era infalible. Por su parte, los de Alejandro Alcoba se pusieron el mono de trabajo (74-83, a 6’), pero la falta de acierto persistía y el Araberri sacaba partido, 82-85 a falta de 4’ y 88-91 a 2’. En ese momento decisivo, como no, apareció un Robinson Junior infatigable que a base de jugárselo todo conseguía llevar a los suyos a la prórroga. Al final, 99-99.
Un triple de Dedovic inauguró el marcador en el tiempo extra. El Melilla Baloncesto dejaba de mandar en el momento clave, 102-99, pero entonces sacó su raza y su orgullo para no perder la cabeza. Franch y Urtasun cogieron la responsabilidad, 102-105, pero de nuevo aparecía el imprevisible Robinson y empataba de tres. De nuevo, Josep Franch colocó a los suyos en ventaja de dos puntos para un final de infarto en el que el decano no falló más (109-111).

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