Los azulones fueron de menos a más en un partido muy serio y en el que tuvieron en Fran Guerra a su mejor hombre con 28 créditos de valoración. Ahora ya a pensar en el inminente estreno del liguero del próximo viernes ante el Chocolates Trapa Palencia. El Melilla Baloncesto cerró ayer la pretemporada venciendo al Cáceres Patrimonio de la Humanidad por 65-80. Los melillenses fueron de menos a más en un partido muy serio del equipo de Alejandro Alcoba, que tuvo en Fran Guerra a su mejor hombre con 28 créditos de valoración.
Los azulones comenzaban con las ideas muy claras y, tal y como ocurriera en el duelo del jueves, la mayor parte del juego pasaba por las manos de Fran Guerra. El pívot canario sería el encargado de anotar las dos primeras canasta de los visitantes. Un triple de Djuran ponía al decano por primera por delante en el electrónico (6-8, min. 4). El Melilla Baloncesto no bajaba el pistón y un triple del recién entrenado Diego Kapelan culminaba un 0-7 de parcial (11-20, min. 9), lo que obligaba a Ñete Bohigas a parar el encuentro, a falta de 26 segundos para el final del primer cuarto. Tiempo suficiente para que los cacereños anotaran un lanzamiento triple y situar el 14-20 a la conclusión del primer acto.
Diego Kapelan sería el protagonista de los primeros minutos del segundo cuarto. Ocho puntos consecutivos del escolta canadiense aumentaban aún más el colchón de los de la ciudad autónoma hasta la decena de puntos (21-31), cuando ya se había cumplido algo más de la mitad de este periodo. Los de Alcoba comenzaron a no sentirse cómodos en ataque y las pérdidas se sucedieron. Aun así, el cuadro azulón era capaz de mantener una ventana de seis puntos al descanso (31-37).
El Cáceres Patrimonio de la Humanidad se acercaba en la reanudación, pero los puntos de Durán, quien asumía ahora el protagonismo en ataque, permitía a los hombres de Alejandro Alcoba mantener una renta siempre por encima de cinco puntos a lo largo del cuarto. El final del tercer acto trajo el momento de inspiración exterior de los locales, quienes, espoleados por el público que llenaba la Ciudad Deportiva, anotaban tres triples consecutivos para poner las tablas en el luminoso (53-53) de cara a los últimos diez minutos.
El definitivo cuarto arrancó con Guerra asumiendo juego en la ‘pintura’ y un Dani Rodríguez que le cogía al aire el encuentro y desde el bloqueo directo generaba para sus compañeros. A ellos se sumó el acierto exterior de Djuran que anotaba su tercer triple de este periodo para poner tierra de por medio en el marcador (55-69, min 34). El decano no bajó el pie del acelerador y acabó venciendo el encuentro y llevándose este Trofeo Cáceres Patrimonio de la Humanidad por 65-80.
