La actividad física en verano es esencial, especialmente para mayores de 65 años. Caminar en el agua es uno de los mejores ejercicios, mejora la circulación, alivia dolores y favorece la salud mental. Mantenerse activo mejora la calidad de vida.
La actividad física en verano es muy importante. Debemos cuidarnos también en vacaciones y más si cabe en el caso de personas mayores de 65 años. Nadar es una buena actividad, pero hay un ejercicio acuático mejor para que los mayores de 65 años ganen fuerza en las piernas.
Caminar por la playa es bueno, pero los médicos advierten de que no todo son ventajas en esta práctica.
Ni paseos, ni baños: este es el mejor deporte para mayores de 65
En verano, ir a la playa es uno de los mejores planes. Con la subida de temperaturas, quedarse en casa encerrado con el aire acondicionado a tope no es la mejor idea. El cuerpo pide moverse y cambiar de aires.
Las vacaciones no deben ser sinónimo de vagancia o inactividad, y a partir de los 60 años mucho menos. Mantenerse activo y hacer ejercicio no es sólo cuestión de estética, sino de salud, de autonomía y de poder disfrutar cada año con más calidad de vida. Es crucial, para los mayores, optar por un ejercicio que puedan hacer en la playa y que no les quite mucho tiempo.
Este es el ejercicio de playa que no debería faltar
Caminar por la orilla es uno de los clásicos del verano, pero si te animas a meterte un poco más, hasta que el agua te llegue a la cintura, el efecto cambia por completo. Caminar dentro del mar es uno de los mejores ejercicios que puede hacer una persona mayor de 60. Es seguro, es completo y no hace falta más que cinco minutos para notar sus efectos.
Funciona por varias razones: porque la resistencia del agua obliga a activar más los músculos, pero sin forzarlos; porque la flotabilidad reduce el impacto en las articulaciones, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes tienen molestias o problemas en rodillas, tobillos o caderas; porque se hace en un entorno relajado: la brisa, el agua fresca, el sonido del mar… todo suma.
A nivel físico, andar dentro del agua mejora la circulación, reduce la hinchazón de piernas y tobillos, y alivia dolores crónicos, sobre todo los que tienen origen reumático. También refuerza la musculatura de las piernas, los glúteos y el abdomen, al obligar al cuerpo a estabilizarse constantemente sobre una superficie inestable como la arena bajo el agua.
A nivel mental: reduce la ansiedad, ayuda a desconectar y, gracias al esfuerzo moderado combinado con un entorno sereno, favorece un descanso más profundo por la noche. Incluso mejora la postura, ya que caminar por el fondo marino obliga a mantener el equilibrio y a usar más la musculatura central.
Otros ejercicios
Aunque caminar en el agua es muy beneficioso, hay otros ejercicios igual de accesibles que nos pueden ayudar a trabajar otras zonas del cuerpo.
Brazos en movimiento desde la rodilla. Busca una zona donde el agua te llegue a los hombros. Ponte de rodillas con las piernas separadas, así mantendrás mejor el equilibrio. Dobla los brazos y súbelos desde la cintura hasta los hombros. Haz diez repeticiones, descansa y repite. Puedes alternar con el mismo gesto, pero estirando los brazos hacia delante.
Círculos con los brazos. En la misma posición, esta vez estira los brazos por completo y empieza a dibujar círculos pequeños a los lados del cuerpo. Poco a poco hazlos más grandes. Cuando termines, repite el ejercicio con los brazos al frente. Es ideal para trabajar hombros, espalda alta y mantener la movilidad.
Rodillas arriba. Vuelve a la orilla o colócate donde el agua te llegue a media pierna. Sube una pierna doblada mientras mantienes las manos en la cintura. Si puedes, aguanta unos segundos con la pierna en alto antes de bajarla. Luego cambia. Este ejercicio mejora la fuerza en muslos y refuerza el equilibrio.
Es importante mantener el ritmo y no hacerlo todo de golpe.
