Entrevista al vicepresidente nacional de Vox, Javier Ortega Smith
Cinco meses después de su última visita a Melilla, el vicepresidente nacional de Vox, diputado en el Congreso y portavoz en el Ayuntamiento de Madrid regresó a Melilla el pasado fin de semana para participar en un acto de partido junto con miembros y simpatizantes de la formación en la ciudad.
– Usted ha visitado Melilla con asiduidad en los últimos dos años ¿Cómo ve a la ciudad?
– Me da pena decirlo, porque no vemos que los problemas endémicos de esta ciudad se estén solucionando, sino que, desgraciadamente están empeorando. Vemos una ciudad que cada vez es más cuestionada en algo obvio, que es su histórica españolidad.
Una ciudad que económicamente está en regresión porque no hay voluntad política de encontrarle soluciones y para encontrar nuevas alternativas. Una ciudad que, desgraciadamente, solo escuchamos hablar de ella cuando se producen asaltos a la frontera española, o cuando tenemos reivindicaciones disparatadas como ahora que algunos nos quieren meter como lengua oficial lenguas que no son españolas.
Nosotros lo que decimos es que Melilla tiene que cambiar su rumbo histórico. Tiene que encontrar muchas alternativas que la hagan una ciudad española próspera donde el turismo, la cultura o incluso los acontecimientos deportivos sean atractivos.
Que traiga riqueza, que traiga puestos de trabajo pero, sobre todo, que hable en positivo de Melilla, y es una pena que, por desgracia, el abandono de todos los partidos políticos ha dejado a esta ciudad con un futuro muy incierto.
– ¿Cree entonces que Melilla corre más peligro que nunca?
– El mayor peligro que corre Melilla, al igual que le puede ocurrir a Ceuta, es cuando desde el Gobierno de la Nación no existe una clara voluntad de considerarla como es: una ciudad histórica española, y, por lo tanto, estaríamos hablando de Ceuta y de Melilla como si estuviéramos hablando de otra ciudad peninsular, sea Burgos o Valladolid.
En el momento en el que no se entiende su profunda carga histórica, se produce el abandono de todo lo demás, el abandono de la presencia del Estado, de los recursos, de las políticas que hagan de la presencia de Melilla sea fuerte.
Y desgraciadamente no solo es el Gobierno, sino que otros partidos como el PP prefieren estar mirando antes por su interés partidista y ver si gobiernan con quienes ponen en duda la españolidad de Melilla que en plantearse claramente otras opciones políticas.
– ¿Qué papel puede tener Vox en las próximas elecciones municipales?
– Vox va a ser la fuerza determinante en las próximas elecciones de la Ciudad Autónoma, porque va a decir a los melillenses, y especialmente al PP, de que hay otra forma de gobernar.
Nosotros lo que pedimos, y yo lo pido públicamente en este momento al PP, es que nos diga es que, si pierde la mayoría absoluta, ¿con quién prefiere gobernar? ¿Con Vox, que es una fuerza española, decididamente democrática, constitucional y, sobre todo, con un proyecto con ideas para sacar adelante Melilla desde el punto de vista económico y social? ¿O prefiere hacer como en Ceuta, abrazarse al PSOE, a las fuerzas promarroquíes? Que lo diga claramente y que lo diga ahora.
– El candidato de Vox a la Presidencia de Melilla, José Miguel Tasende, dijo en una ocasión que Melilla “está perdiendo su identidad debido a la marroquinización” ¿Comparte esta afirmación?
– Totalmente. Esa marroquinización y pérdida interesada para algunos de los lazos históricos con España hacen que se ponga en riesgo precisamente la seguridad en nuestras fronteras, la soberanía económica y comercial de esta ciudad, y todo lo que sea generar una dependencia con Marruecos pone en riesgo nuestra propia autonomía y libertad.
Esto es lo importante, que nosotros entendamos que solo hay una manera de garantizar la libertad y la soberanía de los melillenses, y es dejar muy claro que su proyecto es un proyecto unido al futuro y proyecto de España, que no cabe otra alternativa como no la ha habido nunca en la historia.
– ¿Qué tipo de relación propone Vox con Marruecos?
– La relación que debes tener con un país vecino, que se basan en un principio básico de respeto. Respeto que Marruecos no ha tenido hacia nosotros. Respeto histórico hacia la soberanía nacional de Melilla como parte de España que, mucho antes de que existiera Marruecos, ya era ciudad española.
Una relación de respeto significa que usted no favorece el asalto a nuestras fronteras, que usted no pone en riesgo ni pretende ahogar económicamente a la ciudad y que usted, además, los tratados los firma con voluntad de respetar nuestra soberanía de aguas, de fronteras y nuestra soberanía comercial. Y una relación comercial es posible siempre que esté basada en que las dos partes han de decidir qué productos y personas entran por sus fronteras.
A todo esto tiene que haber una apuesta decidida del resto de la nación en invertir en Melilla para que aquí haya alternativa, trabajo y que los jóvenes quieran quedarse.
“La patria comienza en los barrios es una manera de decir que empecemos cuidando lo nuestro (y) así será muy fácil de entender porqué si cuidas tu barrio también quieres una nación segura y respetada”
– ¿En qué consiste ‘Cuida lo tuyo, la reciente campaña que ha lanzado Vox?
– Es acercar algo que a veces se olvida: una nación está formada por las personas y, principalmente, por aquellos barrios, distritos, pueblos y ciudades que conforman la geografía de una nación. Si descuidamos eso, si tenemos unos barrios inseguros donde no se puede salir a pasear libremente, donde no hay una seguridad jurídica en la medida de que si sales a la compra puedes volver y que te hayan ocupado tu vivienda, si no hay barrios limpios, con comercio vivo, etc. Si no tenemos unos barrios vivos que no se conviertan en ciudades dormitorio y la gente se encuentre a gusto con su gente, estaremos perdiendo una de nuestras mejores identidades, que son los pueblos y las ciudades de España.
La patria comienza en los barrios es una manera de decir que empecemos cuidando lo nuestro (y) así será muy fácil de entender porqué si cuidas tu barrio también quieres una nación segura y respetada.
