Hola paisanos: Hoy vamos a recordar un lugar singular pues el Mantelete rebosaba vida propia, sobre todo por las tardes cuando los soldados visitaban sus tiendas buscando artículos que, por su alto coste en la Península, resultaban prohibitivos allí.
Recuerdo el bullicio de tantas personas deambulando por él, militares comprobando la calidad de un reloj, o adquiriendo un delicado pijama de seda para su prometida.
Las personas que se dedicaban a llevar artículos novedosos cada día a Málaga, como los paraguas plegables, los encendedores electrónicos y los pequeños transistores.
Las familias de los soldados curioseando las colchas de terciopelo, o las mantelerías orientales, los pescadores, vividores y un sin fin de personajes que conformaban una mescolanza muy propia del lugar.
Ya no existe ese lugar, pero yo siempre recordaré el embrujo que ejercía en mi mente en mi mente infantil.
Un saludo a todos y que tengáis un buen fin de semana.
