El informe pericial que ha encargado la familia de Naira, la niña de tres años que falleció el 24 de enero, tres horas después de haber recibido el alta en Urgencias del Hospital Comarcal, revela que a la paciente no se le efectuaron “pruebas elementales” con las que “habría podido salvar la vida” porque se habrían detectado “graves alteraciones”. En rueda de prensa, el abogado de la familia, Francisco Parres, señaló que este informe, elaborado por el doctor madrileño Julio Amigo Fernández, ha sido entregado a la juez que lleva el caso, y avanzó que también pedirá la declaración de la pediatra de cabecera y de los dos parientes de la niña que la llevaron al Hospital Comarcal y que en el camino tuvieron que reanimarla con respiración boca a boca.
En opinión de Parres, el informe “es bastante concluyente”, ya que indica que “un análisis objetivo” de los dos informes clínicos del Hospital Comarcal que fueron emitidos tras las dos visitas de Naira entre la noche del 23 de enero y la madrugada del 24, y la historia clínica de la paciente, “revela serias carencias en la asistencia médica prestada a la niña Naira”.
Concretamente, “una dejación inexplicable de medidas diagnósticas necesarias, según el cuadro clínico que presentaba, y consecuentemente las medidas terapéuticas derivadas, pudiendo afirmar que la muerte de esta niña de tres años se habría podido evitar con un diagnóstico y un tratamiento correcto de las alteraciones respiratorias y metabólicas que presentaba”.
Según el informe pericial, las circunstancias por las que ingresó Naira, con una bronquitis aguda y cianosis “que hacían muy probable la existencia de una insuficiencia respiratoria grave, hacían obligada la realización de pruebas complementarias como una sencilla pulxiometría y un análisis de sangre completo”.
También “una gasometría sanguínea con determinación de los valores de O2 y CO2 y presencia de acidosis, según los valores de la pulxiometría”.
Sin embargo, la niña, a la que su pediatra había diagnosticado por la mañana una bronquitis agua, fue dada de alta por la noche en su primera visita a Urgencias del Hospital Comarcal después de haberle hecho “una somera exploración clínica y RX, sin otras pruebas que hubieran sido obligatorias dadas las circunstancias y antecedentes de la niña”.
El informe pericial considera que el análisis de sangre total “era preceptivo”, tal y como le habían hecho en el resto de ocasiones en que la niña fue ingresada, ya que en el que le realizaron dos horas y media después, en la segunda visita a Urgencias, “se detectaron alteraciones muy severas que sugieren que estaban en marcha tres horas antes”.
En concreto, se detectó una acidosis mixta grave (respiratoria y metabólica), que “se habría podido detectar verosímilmente unas horas antes y la niña habría podido salvarse con una monitorización urgente tanto de su trastorno metabólico como el respiratorio”.
Ausencia de autopsia
El informe pericial también destaca como hecho relevante la ausencia de una autopsia, a pesar de que la madre se había negado, ya que es “necesaria para extender el certificado médico del fallecimiento donde debe de constar la causa de la muerte”, y “sobre todo, dadas las circunstancias en que se hubiera podido cometer un delito por omisión de las pruebas necesarias para evitar la muerte”.
Ésta, según el informe, “se convierte en una muerte violenta en sentido amplio y lo correcto habría sido que el hospital hubiera comunicado al juzgado de guardia el fallecimiento de la niña, que habría ordenado la autopsia médico legal en el Instituto correspondiente, si así lo hubiese considerado oportuno”.
Aún quedan por recaudar 368 euros para pagar el informe
El informe médico-legal elaborado por el doctor Julio Amigo Fernández, ha sido encargado por la familia de Naira gracias a una campaña de recogida de fondos que aún sigue en marcha, ya que de los 3.000 euros que ha costado, aún quedan por pagar 368. Creen que esta semana podrían terminar de recaudar todo el dinero necesario.
