La Semana. MH, 24/03/2025
Por: J.B.
Homo homini lupus es una locución latina que significa “el hombre es el lobo del hombre” o “’el hombre es un lobo para el hombre”. Se cita con frecuencia cuando se hace referencia al origen individual, egoísta y violento del hombre. Pero ahora el hombre también es un lobo para el lobo…
Los lobos se agrupan en manadas de entre 6 y 20 animales, generalmente dirigidas por una pareja reproductora y dominante. Son animales muy inteligentes cuya estructura jerárquica está muy marcada.
Los lobos ibéricos raramente forman grupos de más de siete individuos. En primavera y verano, los grupos se reducen a un número de adultos que suele oscilar entre tres y cinco en el mejor de los casos. Más común es la formación de parejas acompañadas a veces de un individuo subadulto.
El cooperativismo implica ahorro de energía. Frente a los rebaños domésticos, los lobos suelen actuar coordinadamente, poniendo en práctica la técnica del acecho. Si su labor se ve dificultada por la presencia de perros pastores, uno de los lobos se deja ver, atrayendo sobre sí la atención de los perros.
Hablando con personas que conocen el tema, he de decir que han optado (en este caso el PP, Vox, Junts y el PNV), en una alianza sorprendente para un tema “menor” en comparación con otros, por la solución fácil
Contra las presas de gran porte, los lobos infieren heridas en la parte posterior del cuerpo, centrándose en la región ventral. Es el procedimiento habitual para matar ciervos. Contra las presas de mediano tamaño, los lobos proceden mordiendo en el cuello, desgarrando la región cervical, la tráquea y la glotis.
El lobo, al igual que el hombre, es un ser eminentemente social. Un alto porcentaje de su comportamiento está determinado por sus relaciones con otros miembros de su especie con los que forma manadas con el fin de obtener ventajas frente al medio de cara a la propia supervivencia. El lobo es un animal salvaje y no actúa, como algunos nos quieren hacer creer, por maldad, sino que lo hace, como un súper depredador que ocupa la parte superior de la pirámide, por instinto.
¿No sería mejor invertir en mastines (subvencionando su adquisición y mantenimiento) para ahuyentar a los lobos?
Con los votos a favor de PP, Vox, Junts y PNV, el Congreso de los diputados aprobó, el pasado 20 de marzo, que puedan matarse lobos de nuevo en España. Una enmienda a la “ley contra el desperdicio alimentario” les retira la protección a las poblaciones al norte del río Duero, con lo que estará permitido cazar la especie tras cuatro años de tregua.
Es una condena a muerte para una gran cantidad de lobos. Es, sin embargo, celebrado por los ganaderos, que ven más cerca que nunca la solución a los ataques indiscriminados del can a sus animales.
Hablando con personas que conocen el tema, he de decir que han optado (en este caso el PP, Vox, Junts y el PNV), en una alianza sorprendente para un tema “menor” en comparación con otros, por la solución fácil. Pueden acabar con una especie, que cumple una importante labor en el ecosistema, a cambio de mantener a salvo al ganado privado. ¿No sería mejor invertir en mastines (subvencionando su adquisición y mantenimiento) para ahuyentar a los lobos? Me aseguran que los lobos no se acercarían al ganado si hubiese varios mastines vigilándolo…
Los políticos, ya se sabe, sólo se complican la vida en el caso de querer mantenerse en el sillón.
Pero al igual que el hombre es un lobo para los de su especie, como lo demuestra nuestro “querido” presidente Sánchez un día sí y otro también (su comportamiento egoísta: primero mantenerme en el poder y después ya veremos; y violento: os convierto en mis siervos a decretazo limpio); también los partidos antes citados, de forma incomprensible, han sido lobos para los lobos (probablemente para captar algunos votos entre los ganaderos). Los políticos, ya se sabe, sólo se complican la vida en el caso de querer mantenerse en el sillón.
