El Grupo Amigos Futboleros de Melilla rendirá homenaje a Juan Moya el próximo 29 de octubre

Homenaje a Juan Moya en un restaurante con amigos y compañeros de fútbol.

El Grupo Amigos Futboleros de Melilla, presidido por Manolo Agulló, rendirá homenaje el próximo 29 de octubre al melillense Juan Moya Toré, en un acto que se celebrará en el Restaurante La Posada de Paco Benítez, a partir de las 14’00 horas. El encuentro reunirá a compañeros, entrenadores, directivos y amigos de distintas generaciones para reconocer la extensa trayectoria del ex guardameta y entrenador nacional de fútbol. Juan Moya ha sido entrenador y director técnico de la U.D. Melilla, además de profesor y coordinador de la Escuela de Entrenadores durante más de tres décadas.

Nacido en Melilla el 26 de mayo de 1953, Juan Moya creció en el barrio Industrial, donde los niños jugaban sin descanso en la Playa de los Cárabos o en los terrenos conocidos como la ‘Tierra Colora’ o la “Yerba. A falta de campos reglamentarios, bastaban dos piedras o unas carteras para improvisar porterías y dar rienda suelta a la pasión por el balón. “Jugábamos hasta que anochecía, pero aquellos partidos de barrio forjaron mi carácter y mi amor por este deporte. Era imposible imaginar que años después el fútbol acabaría siendo mi vida”, recuerda con nostalgia el homenajeado.

Sus primeros pasos en un equipo organizado llegaron con el JORBA, conjunto que entrenaba su hermano Pedro. Poco después se integró en el C.D. 501 Infantil, y de ahí dio el salto al Real Juvenil, equipo en el que empezó a destacar como guardameta, defendiendo la portería en los míticos campos de La Hípica y Santa Bárbara.

En el Real Juvenil aprendió, según él mismo ha señalado en más de una ocasión, los valores esenciales del deporte: “Solidaridad, sacrificio, generosidad y amor por una camiseta”. Aquel club marcó sus primeros pasos serios en el fútbol federado.

Durante las temporadas 1970-72, Moya alternó partidos con el Real A, disputando encuentros de ascenso a Tercera División frente a rivales históricos como la U.A. Ceutí o la Balompédica Linense. En 1971-72 fue seleccionado por la Territorial Norteafricana, y poco después se unió al Melilla C.F., con el que realizó la pretemporada y participó en el Trofeo Remasa celebrado en Almería. Compartió vestuario con jugadores de gran nivel, y vivió una etapa que considera “fundamental” en su formación deportiva.

Compromiso militar y continuidad deportiva

En abril de 1972 ingresó en el Ejército, en el arma de Caballería, con la idea de compaginar el servicio militar con el fútbol. Sin embargo, las obligaciones militares le impidieron seguir vinculado al Melilla C.F., lo que supuso una interrupción en su carrera como jugador de categoría nacional.

Aun así, nunca abandonó del todo el balón. En 1972-73 firmó con la S.D. Melilla, equipo confeccionado para el ascenso, conocido popularmente como ‘los millonarios’, por ser el único conjunto de la Preferente que remuneraba a sus jugadores.

En 1973-74, ingresó en la Academia de Suboficiales de Caballería, en Valladolid, lo que lo obligó a abandonar la competición. A su regreso, formó parte del Industrial Melilla, con el que logró el ascenso a Tercera División en la temporada 1977-78. Fue uno de sus últimos pasos como futbolista activo, ya que una grave lesión de espalda lo apartó definitivamente de los terrenos de juego.

Fútbol sala

Lejos de retirarse por completo, Moya encontró en el fútbol sala una nueva vía para mantener viva su pasión. Participó en el primer Trofeo Sunder de Fútbol Sala Senior y militó en equipos como Hípica Hitachi, Club de Suboficiales y Joyería Caparrós, con los que conquistó varios campeonatos locales.

En 1982 fue seleccionado nuevamente por la Territorial Norteafricana para disputar los Campeonatos de España, aunque otra lesión grave de rodilla lo llevó, ahora sí, a poner fin a su etapa como jugador.

Labor federativa y creación de la Escuela de Entrenadores

Con solo 31 años, en 1984, fue nombrado delegado de la Federación Norteafricana de Fútbol en Melilla, cargo que ejerció durante un año y desde el que inició los trámites para construir el campo de La Espiguera, primer terreno de juego federativo propio en la ciudad.

Ese mismo año fundó la Escuela Melillense de Entrenadores, un proyecto pionero que cambió para siempre la estructura formativa del fútbol local. “Era necesario que los técnicos de Melilla pudieran formarse aquí, sin tener que marcharse a la península”, resalta el técnico melillense.

El primer curso de entrenadores se celebró en 1984, con un éxito notable de participación. Desde entonces, más de 500 entrenadores han pasado por sus aulas, muchos de ellos con títulos nacionales y trayectoria en clubes locales y de la península.

Moya ejerció como profesor titular durante treinta años, impartiendo las asignaturas de técnica, táctica y estrategia, y participó en seminarios nacionales de actualización de programas en colaboración con la Real Federación Española de Fútbol.

Su labor docente fue reconocida incluso fuera de Melilla. En 1992 formó parte del profesorado del Primer Seminario Nacional de actualización de técnicos de fútbol, celebrado en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat del Vallés, donde colaboró con entrenadores como Iñaki Sáez, Clemente e Iríbar.

Trayectoria en la U.D. Melilla

Su nombre también está ligado a la U.D. Melilla, club al que ha servido en distintas etapas y funciones. En la temporada 1991-92, con el equipo en una situación crítica, asumió el banquillo junto a Paco Montoya tras el cese de Alvarito. Bajo la dirección de ambos, el conjunto azulino logró cinco victorias consecutivas, asegurando una salvación que parecía imposible.

Posteriormente regresó en tres etapas distintas: 2012-13, 2013-14 y 2016-17, logrando en todas ellas la clasificación para la Copa del Rey y apostando por la cantera local. De hecho, durante la temporada 2013-14, el 75% de la plantilla era melillense.

Además de entrenador, Moya fue secretario técnico y director deportivo del club. Paralelamente, desarrolló un trabajo constante en el fútbol base, dirigiendo categorías inferiores y colaborando en la Escuela Municipal y Federativa de Iniciación al Fútbol, donde formó a cientos de jóvenes jugadores. También dirigió equipos en la División de Honor Juvenil, Regional Preferente y Tercera División, y trabajó con clubes como el C.D. Gimnasio Iglesias, al que siempre se sintió muy vinculado.

Juan Moya también ha destacado por su faceta divulgadora. Ha sido articulista de prensa, colaborador en radio y televisión, y conferenciante en jornadas y seminarios universitarios sobre fútbol y valores deportivos.

Durante tres décadas fue una voz autorizada en el análisis táctico y la formación de entrenadores, un papel que ha sabido ejercer con rigor y humildad, transmitiendo su experiencia con un enfoque siempre pedagógico.

En 2018 publicó el libro “El indescifrable mundo del fútbol”, una obra que combina teoría, vivencias y reflexiones personales, donde aborda la complejidad del juego desde una mirada humana y formativa.

Como él mismo ha dicho en alguna ocasión, “el fútbol no solo enseña a competir; enseña a pensar, a respetar y a superarse”.

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Antonio Calderay

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