Por la Asociación Guelaya-Ecologistas en Acción
Todo, todo arrasado. El carrizo era casi lo único que había aquí. Aquí criaban las gallinetas, a saber dónde estarán ahora.
Es un delito ambiental de primer orden. Y todo esto después de decir el consejero que sólo se iban a quitar invasoras. Pidieron permiso a la CHG para actuar y como quiera que CHG les contestó que se abría un plazo de veinte días para que pudieran presentarse alegaciones, no han esperado y han tirado sin autorización. Seguramente vieron que quitar «sólo» invasoras era una tarea ardua. No sabemos si no sabían distinguirlas, si no sabían extraerlas sin dañar a las colindantes o si sencillamente querían hacerlo en tiempo récord y barato.
El caso es que tenemos otro ecocidio, pero éste ha sido hecho a conciencia.
Y tenemos también un río más peligroso frente a inundaciones.