El Gobierno local admitió ayer que Trasmediterránea no estaba entre sus preferencias para la adjudicación del contrato marítimo porque el servicio que ha prestado a lo largo de la historia en las líneas de interés público entre Melilla y la península “ha sido un auténtico desastre”. “Nos hubiera gustado que fuera otra compañía, pero lo importante no es eso, sino lo que se recoge en los pliegos, que es sustancialmente mejor que el pliego anterior”, puntualizó el vicepresidente primero de la Ciudad Autónoma, Miguel Marín, que dijo que el Estado no puede adjudicar basándose en las simpatías de los melillenses, sino en la mejor oferta de las presentadas, que legalmente era la de Trasmediterránea. A preguntas de los periodistas, el consejero también se refirió a la polémica de los horarios, dado el cambio radical que ha propuesto la compañía respecto a la situación actual, pasando las salidas a Málaga a primera hora de la mañana y a Almería por la noche, es decir, lo contrario de lo que hay ahora.
Esto ha generado numerosas críticas por parte de la oposición y parte de los melillenses en las redes sociales, que alegan que no podrán aprovechar el día en Melilla para viajar de noche y amanecer en Málaga por razones médicas o para iniciar las vacaciones.
En este sentido, Marín dejó claro que la propuesta de Trasmediterránea no es un horario cerrado, sino que aún hay que tomar una decisión al respecto en una reunión pendiente con la naviera, tal y como ya dijo a principios de esta semana el viceconsejero de Turismo, Javier Mateo.
El número 2 del Ejecutivo local dijo que se va a tener en cuenta la opinión de los melillenses en este tema. “Siempre lo hacemos porque este Gobierno escucha y oye a los ciudadanos”, aseveró Marín, que dijo que se decidirá “lo mejor para los melillenses” en este sentido.
A su juicio, las críticas de la oposición se debe a que el resto de partidos “están muy enfadados” por el hecho de que haya sido el Gobierno Imbroda el que haya “conseguido el mejor transporte marítimo de la historia”. “Otros preferían barcos deplorables que no eran dignos de los melillenses y por eso han sido expulsados del pliego, pero eso lo ha hecho este Gobierno”, aclaró refiriéndose al buque Las Palmas de Gran Canaria, asignado a la ruta de Almería en el contrato vigente, adjudicado por el anterior Gobierno socialista.
En este sentido, Marín defendió que los superferries Fortuny y Sorolla, que son los que van a venir a Melilla para las líneas de Almería y Málaga en el nuevo contrato, “no tienen nada que ver con el buque Las Palmas de Gran Canaria, que no se merecen ir en él ni los animales. Los nuevos barcos son “más nuevos, más rápidos y más confortables, con un precio del billete más barato y servicios añadidos” como animación en los meses de verano, seguridad privada y médico a bordo, recordó.
“Estaremos muy encima”
Por todo ello, aseguró que Melilla va a pasar “del peor contrato marítimo de la historia al mejor, pese a que la empresa sea la misma”. Por eso quiso tranquilizar a los melillenses al asegurar que la clave está en las exigencias del pliego de condiciones, en cuyo cumplimiento estricto va a estar “muy encima” la Ciudad Autónoma.
