FÚTBOL - 2ª DIVISIÓN B

El fútbol no fue justo con los azulinos

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La Unión Deportiva Melilla vio romperse ayer, a un minuto del final, una tradición que se remontaba al año 2000. Desde entonces no perdían los melillenses en el Municipal de La Línea, donde cayeron ayer con un gol de Juampe en el 89’ (3-2). Un tanto que deshacía una igualada que, posiblemente, hubiese sido el resultado más justo, tras una primera mitad más táctica y una segunda en la que los dos conjuntos se desataron en busca del triunfo, y en la que cualquier desenlace hubiese estado dentro de la lógica.
La Unión Deportiva Melilla vio romperse ayer, a un minuto del final, una tradición que se remontaba al año 2000. Desde entonces no perdían los melillenses en el Municipal de La Línea, donde cayeron ayer con un gol de Juampe en el 89’ (3-2). Un tanto que deshacía una igualada que, posiblemente, hubiese sido el resultado más justo, tras una primera mitad más táctica y una segunda en la que los dos conjuntos se desataron en busca del triunfo, y en la que cualquier desenlace hubiese estado dentro de la lógica.

A destacar, la penosa actuación del cacereño Borja Villar Maestre, que se demostró incapaz de dirigir un encuentro de esta categoría. Con 1-1 ignoró un penalti de Carlos Guerra sobre Juanjo (57’) y concedió el segundo tanto de los forasteros, logrado por Chota en clarísimo fuera de juego.

La U.D. Melilla, que comenzó el duelo con tres novedades en el once, se dejó ver en los primeros compases y fruto de ello fue la primera oportunidad, en un remate forzado de Chota al que llegó bien Mateo. Poco a poco, los melillenses fueron cediendo espacio y la Balompédica adueñándose del balón. Por dos veces lo intentó desde el borde del área Óscar Martín (10’ y 14’), pero el balón se marchó fuera. El primero, con evidente peligro, el segundo no tanto.

A partir de ahí, el partido se convirtió en uno habitual de la Segunda B, con demasiado contacto, mucho centrocampismo y escasas ocasiones. Hasta que llegó el último cuarto de hora, en el que otra vez se vinieron arriba los de Currás y así llegó el primer gol. En concreto, como consecuencia de una falta lateral botada con toda la intención por David Sánchez que se coló en el marco con la evidente colaboración del meta albinegro Mateo (39’). El tanto noqueó a la Balompédica, que respiró al escuchar el pitido que señalaba el descanso. En la reanudación, la Balompédica saltó al campo con dos cambios en busca de voltear el marcador.

Polaco, que no se entrenó durante la pretemporada, y el ex unionista Migue Montes se quedaron en la caseta, en beneficio de Copi y Canario. Pero antes de poder siquiera atisbar si habría mejoría, Chota pudo cambiar, quién sabe si de manera definitiva, el rumbo del partido. El veterano delantero se plantó solo ante Mateo, que enmendó su error en el gol evitando lo que parecía un tanto seguro.

Aún estaban pensando los azulinos en la ocasión desperdiciada cuando, después de una jugada muy trenzada, Juampe arrancó un centro al corazón del área al que no llegó de milagro Copi, pero Bolaños, que perseguía al ariete local, no tuvo tiempo de apartarse y el esférico le pegó en el pecho y se fue al fondo de las mallas de su propia portería. Era el empate.

A partir de este momento, los dos conjuntos rompieron los grilletes y se vieron en el césped sintético al que da sombra el Peñón los treinta minutos más espectaculares que hayan protagonizado en años estos dos equipos, acostumbrados a encontrarse. Nada más producirse el 1-1 el colegiado no vio un penalti de Carlos Guerra sobre Juanjo, y apenas un minuto más tarde una internada hasta la línea de fondo la convirtió Javi Gallardo en el pase de la muerte para que Canario se estrenase como goleador y pusiese por delante a la Balona.

Pero unos y otros ya habían dado el paso adelante y las hostilidades no iban a cesar. En el 69’, David Sánchez botó una falta al borde del área pequeña, Pedro Sánchez desvió hacia Chota, que estaba en claro fuera de juego y el incombustible delantero azulino hizo el 2-2. En ese tramo final unos y otros tuvieron sus opciones de ganar. La Balona, en los pies de Óscar Martín, que salvó Mahanan sobre la línea de meta. La mejor de los visitantes en un lanzamiento de Pedro Conde desde la frontal al que replicó Mateo con una soberbia intervención.

Cuando todo parecía indicar que el partido se encaminaba al empate, apareció Canario, que contribuyó a dejar solo a Juampe en un costado del área y éste hizo el 3-2 en medio de una explosión de júbilo de todo el Estadio y de gestos de evidente contrariedad por parte de los forasteros.

Apenas hubo tiempo para más. la Balompédica Linense, que ha encontrado en la Copa su punto de partida, logra su primer triunfo, algo que aún no ha conseguido celebrar el conjunto de Currás, que, paradójicamente, dejó mucha mejor imagen que en muchas de las ocasiones que ha salido de ese mismo escenario con una recompensa en las alforjas.

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