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El éxito de Ayuso… y de Imbroda

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Carta del Editor. MH, 22/9/2024

Enrique Bohórquez López-Dóriga

 

No consigo entender, no lo he entendido nunca, porqué los políticos inician sus discursos públicos empezando por agradecer su presencia a las “autoridades” asistentes, citándolas por el orden establecido según el (maldito y tantas veces ridículo) protocolo. Lo eficaz y justo, creo yo, sería empezar agradeciendo su presencia a los ciudadanos asistentes, al pueblo, que es lo eterno, y a continuación, en segundo lugar, agradecérselo a todas las numerosísimas autoridades, que son efímeras como tales autoridades, elegidas para ejercer su “autoridad” como la “auctoritas romana, una cierta legitimación socialmente reconocida, que procede de un saber y que se otorga a una serie de ciudadanos en períodos determinados de tiempo.

Me permito sugerir al presidente Imbroda que pruebe, al menos una vez, empezar citando a los ciudadanos en sus discursos solemnes, en vez de a sus -ahora, no eternamente- compañeros “autoridades”

Juan José Imbroda empezó su largo y en general buen discurso, que cerró los actos de celebración del Día de Melilla, ateniéndose al protocolo: primero autoridades (aunque la autoridad de alguno/a pueda dar más pena que gloria), y después el pueblo, mucho más numeroso que las autoridades, a pesar de ser muchísimas menos (aún siendo muchas, tal vez demasiadas). En un mundo inmerso en el cambio -todo cambia, o cambiará, se quiera o no- es más fácil cambiar lo simbólico que lo real, así que me permito sugerir al presidente Imbroda que pruebe, al menos una vez, empezar citando a los ciudadanos en sus discursos solemnes, en vez de a sus -ahora, no eternamente- compañeros “autoridades”.

España es el mejor país del mundo, dijo Juanjo Imbroda el 17/9 ¿ Lo es? Yo siento que si y que muchos, no todos, los españoles tenemos un sentimiento parecido. Me gustaría poder decir que Melilla es la mejor ciudad del mundo para vivir, pero…. nos falta mucho camino que recorrer y muchas cosas que cambiar.

La triunfadora absoluta de la espléndida noche melillense del 17 de septiembre fue, sin duda, la presidenta de la Comunidad de Madrid, la sin par Isabel Díaz Ayuso. Para sufrimiento, inocultable e inocultado, de la delegada del Gobierno en nuestra ciudad, Sabrina Moh

La triunfadora absoluta de la espléndida noche melillense del 17 de septiembre fue, sin duda, la presidenta de la Comunidad de Madrid, la sin par Isabel Díaz Ayuso. Para sufrimiento, inocultable e inocultado, de la delegada del Gobierno en nuestra ciudad, cuya postura -una y otra vez ninguneada por Imbroda, en comparación con Ayuso- no pudo ser más desairada. Para colmo, la comparación con Ayuso no pudo resultar peor para Sabrina Moh, según el veredicto popular. La inmensa admiración que el pueblo de Melilla mostró hacia Ayuso tuvo como contraste la ignorancia total hacia Sabrina Moh, cuya cara durante el acto fue todo un poema

Vuelve la pesadilla de Orwell

El sueño de cualquier dictador es, y ha sido siempre, establecer y ordenar lo que es verdad y lo que es mentira. El Plan de Sánchez, las medidas de excepción que ha propuesto, atacan la libertad de prensa, la independencia de los jueces y la separación de poderes, atacan la libertad y confirman la arbitrariedad, lo peor para cualquier democracia. Ese es el plan del Gobierno sanchista para controlar a las empresas periodísticas.

La autoridad, el Gran Hermano, pretende que nadie tenga ideas propias. Cada día se parece más la España sanchista a ese Estado totalitario que Orwell tan bien describió

Un plan, con 31 medidas, contra la prensa libre. ¿ Cómo lo han visto, al día siguiente de publicarse, varios diarios nacionales?: “Un artefacto político, una grave amenaza a nuestras libertades (ABC, 18/9). “Un principio de regeneración” (El País, conocido órgano gubernamental). “Sánchez presenta un plan de regeneración sin apoyos. No aporta ninguna concreción y para su ejecución se da los tres años que quedan de legislatura” (La Razón). “La Moncloa responde al caso Begoña con un Plan para intentar controlar la información” (El Mundo). “Un plan que genera muchas dudas y que no cuenta con los votos necesarios. Ofensiva del Gobierno para controlar los medios y modificar la actividad electoral” (Expansión). “El PP avisa que no respaldará medidas que busquen tapar investigaciones judiciales” (SUR, de Málaga). “El Gobierno pretende imponer un plan para controlar a los medios” (La Voz de Galicia).“El gran hermano te vigila. La policía del Pensamiento. El Ministerio de la verdad. La guerra es La Paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza”, eran la consignas del Partido, compuesto de cuatro ministerios: el de la Verdad -que se dedicaba a las noticias-, el de La Paz -para asuntos de guerra- , el del Amor -encargado de mantener la ley y el orden- y el de la Abundancia -dedicado a los asuntos económicos. Así describía George Orwell, en su gran libro, “1984”, un estado totalitario. La autoridad, el Gran Hermano, pretende que nadie tenga ideas propias. Cada día se parece más la España sanchista a ese Estado totalitario que Orwell tan bien describió.

 

 

 

 

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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