Es ya prácticamente una tradición instaurada en Melilla que las jornadas electorales se eternicen hasta altas horas de la madrugada, poniendo a prueba la paciencia de candidatos, periodistas, integrantes de las mesas electorales y los trabajadores que ese día se implican para garantizar el normal desarrollo de las elecciones. Quienes siguieron de cerca la noche del 20D pudieron comprobar que cuando el escrutinio en el resto de España ya estaba muy avanzado, en Melilla el recuento del Congreso estaba aún bajo mínimos y el del Senado ni había empezado. Según ha podido saber MELILLA HOY, los últimos colegios electorales en cerrar lo hicieron sobre las dos de la madrugada, después de seis horas de recuento de votos. La tardanza no fue, sin embargo, una tónica habitual en todos los colegios. De hecho, hubo enormes diferencias entre los que hicieron más rápido el recuento y los últimos que dieron carpetazo al 20D, que llegaron incluso a doblar el tiempo empleado por los primeros.
Este Periódico ha podido saber que el primero en terminar el escrutinio fue el colegio Juan Caro pasadas las diez y media de la noche. El escrutinio de sus cuatro mesas, por lo tanto, le llevó apenas dos horas y media. El último fue el instituto Leopoldo Queipo poco antes de las dos de la madrugada del lunes, a pesar de que sólo tenía dos mesas electorales que recontar. Es decir, casi seis horas para completar la tarea, que pusieron a prueba la paciencia de todos los que estaban pendientes de que el escrutinio en Melilla llegara al 100% en las dos Cámaras, Congreso y Senado.
Pegas en los votos del Senado
Fuentes solventes han indicado a MELILLA HOY que esta tardanza no se debió en ningún momento a posibles problemas técnicos del sistema de transmisión de datos con el que la Delegación del Gobierno equipó a los colegios electorales, manejados por funcionarios del Estado. Este sistema, idéntico al empleado en el resto de España, funcionó correctamente.
Fuentes del PP apuntaron a este Periódico que una de las causas de la lentitud fue provocada por los apoderados de Ciudadanos, que a la hora de hacer el recuento de los votos del Senado pusieron pegas debido a “su nerviosismo”. “Tenían unas esperanzas que no se veían reflejadas en el recuento de votos. Sus expectativas era conseguir unos 6.000 votos, pero se quedaron en poco más de dos tercios y no les salían las cuentas”, apuntaron desde la formación popular.
Un problema que no es nuevo
La lentitud con la que se lleva a cabo el escrutinio de los votos en Melilla no es un problema nuevo, aunque se haya agravado desde las elecciones autonómicas de este año, en las que CPM impugnó prácticamente todas las mesas por la diferencia del color sepia de determinados sobres. Ya en 2008, el exdelegado del Gobierno, José Fernández Chacón, propuso una redistribución del censo para agilizar esta tarea, dado que había algunas mesas con más de 900 electores.
