La Guardia Civil confirmó en una nota de prensa la noticia avanzada en la edición de ayer de MELILLA HOY sobre el primer caso detectado en la frontera de tráfico de niños de corta edad escondidos en dobles fondos de coches, un método que hasta ahora había utilizado el colectivo de inmigrantes subsaharianos, especialmente los jóvenes e incluso menores rozando los 18 años. Aunque en el coche interceptado el domingo iban dos niños, el conductor en realidad estaba intentando pasar ilegalmente a Melilla solo a uno, un sirio de 11 años, al que la Guardia Civil rescató con síntomas de asfixia y sudoración, debido a la falta de ventilación en el habitáculo "infrahumano". El bebé que viajaba dormido en una sillita sobre el asiento trasero, junto encima del doble fondo, había sido utilizado por su padre para dar una apariencia de normalidad ante los agentes que estaban de servicio en ese momento en el paso de Beni-Enzar. Tiene tres años y es de nacionalidad marroquí, igual que su padre, que fue detenido por la Guardia Civil en la misma frontera el domingo por la tarde, en torno a las ocho de la tarde.
Los dos menores han sido tutelados por la Consejería de Bienestar Social en los centros de acogida. Según han informado a MELILLA HOY fuentes de la Ciudad Autónoma, el bebé será entregado a la madre cuando ésta acuda a las dependencias de Bienestar Social aportando la documentación de su hijo.
En el depósito de gasolina
La Guardia Civil, en su comunicado, ofreció ayer más detalles de este suceso. Así, informó de que los agentes de servicio en la frontera sospecharon de que el turismo, un Mercedes 190 antiguo de matrícula española, podía llevar inmigrantes ocultos en su interior debido a un detalle de interés policial hallado en el maletero, por lo que registraron en profundidad el vehículo.
El agente llegó a introducir la mano por un hueco existente en el maletero hasta llegar a la parte superior del depósito de combustible, donde intuyó palpar lo que podía corresponderse con la pierna de una persona.
La Guardia Civil aseguró al conductor para evitar que huyera, y le solicitó que desplazara el asiento trasero, a lo que éste respondió "con absoluta calma" que no podía al encontrarse allí una silla de bebé en la que iba su hijo pequeño de tres años, que se encontraba profundamente dormido, cuestión que pudo comprobarse como cierta.
Ante esta circunstancia, los agentes abatieron uno de los módulos del asiento por la parte donde no estaba el bebé dormido, y así se llegó hasta el doble fondo construido por las mafias, para lo que habían modificado el depósito de combustible, que había sido cortado y soldado con chapa por su parte central.
En su interior había una persona vestida con chándal deportivo, que fue inmediatamente rescatada y auxiliada a salir "de tan infrahumano habitáculo".
La Guardia Civil comprobó que se trataba de un menor de edad y le prestaron primeros auxilios, ya que presentaba un gran estado de sudoración, fruto del reducido habitáculo en el que iba oculto, sin ventilación, y presumiblemente también por el tiempo que llevaba allí introducido.
También presentaba síntomas de asfixia, aunque los agentes lograron estabilizarlo sin que fuese necesario recurrir a los servicios médicos y su estado de salud es bueno en estos momentos.
El primer caso
La Guardia Civil confirmó además que éste es el primer caso de la localización de un menor de procedencia no subsahariana que el Cuerpo localiza en Melilla en un doble fondo. Aunque la Guardia Civil ya había detectado alguna vez a menores de edad escondidos en dobles fondos, hasta ahora no se había dado ningún caso de niños de tan corta edad.
El conductor detenido es un marroquí de 39 años, con iniciales M.A.B, que tiene tarjeta de residencia comunitaria y residencia legal en Melilla, el cual pasará a disposición judicial como presunto autor de un delito contra los ciudadanos extranjeros, conocido en el argot como tráfico de inmigrantes o de personas.
