El Club Melilla Baloncesto reencontró su mejor versión en Oviedo después de varias semanas de dudas. Los pupilos de Alejandro Alcoba, que venían de encajar dos derrotas consecutivas y no ganaban a domicilio desde que el 23 de enero vencieran en Mallorca, dejaron atrás las malas sensaciones, imponiéndose en una de las pistas más difíciles de la LEB Oro. Los melillenses, con Pablo Almazán como hombre más destacado (17 puntos), se mostraron superiores al cuarto clasificado, el Unión Financiera Baloncesto Oviedo, que sólo a base de triples pudo hacer daño a los visitantes.
Comenzó el partido con el decano mandando claramente en la zona. Los tres hombres altos que Alejandro Alcoba alineó de inicio anotaron los primeros 15 puntos, mientras que el Oviedo se mostraba muy inferior bajo los aros y sólo lograba hacer la goma a base de triples. Las combinaciones en la zona no encontraban en ningún momento oposición, lo que llevó a Suka-Umu a fallar una canasta muy fácil por querer adornarse en exceso. Ocho puntos de ventaja tenía el cuadro visitante al finalizar el cuarto (18-26).
La superioridad melillense siguió siendo evidente en el inicio del segundo cuarto, con un parcial de 2-7 que obligó al entrenador local Carles Marco a pedir su primer tiempo muerto, aunque no se notaría en la evolución del partido porque seguiría dominado por el cuadro visitante.
Un triplazo a tablero de Edwards dio paso a una jugada que mostraba el desquicie de los locales, con una pérdida de balón y una falta antideportiva de Andrés Miso de la que los melillenses sacaron el máximo partido. Zengotitabengoa anotó los dos tiros libres y en la posterior posesión Franch aprovechó la fragilidad defensiva local para colarse solo hasta la canasta y con una bandeja fácil poner la máxima diferencia de 17 puntos (23-40).
El conjunto asturiano, entre Ferrán Bassas y Dan Trist, logró reaccionar (32-42) y la diferencia al descanso era de 11 puntos (35-46).
Los minutos de descanso no le sentaron bien al Melilla Baloncesto. Pese a una espectacular canasta de Suka-Umu, tras una asistencia de Sanz, el equipo empezó a desinflarse contagiado por el juego fallón y sin ideas del Oviedo. Los minutos iniciales del tercer cuarto fueron horribles en el rebote y a falta de 5’27» para el final del cuarto, Edu Gatell cometió su cuarta falta personal. La falta de entendimiento entre Sonseca y Edwards permitió a Trist, el mejor de los locales, poner a los asturianos a nueve puntos de desventaja con un 2+1 (41-50). Suka aprovechó el regalo de una técnica de Bassas y Almazán llevó de nuevo la distancia a 14 puntos (41-55). Aunque los asturianos recortaron hasta ocho puntos dos triples consecutivos, de Zengotitabengoa y Pablo Almazán llevaron la tranquilidad de nuevo para el decano al finalizar el cuarto en 50-64.
El conjunto de Alejandro Alcoba empezó el último cuarto con un parcial de 0-7 que le permitió irse 21 puntos arriba y acariciar la victoria (50-71). La reacción de Carles Marco en el tiempo muerto dio paso a los mejores minutos del Oviedo, con la grada haciendo su papel habitual. Los asturianos anotaron ocho triples en los últimos diez minutos y llegaron a colocarse a ocho puntos por debajo (74-82), pero Héctor Manzano, con cinco puntos consecutivos, evitó que los melillenses pasasen apuros al final. Pelayo Larraona, en los pocos segundos que jugó, anotó los últimos tres puntos del Melilla Baloncesto, que terminó ganando por 80-94.