El día 8, Día Internacional de las mujeres, fue un día en el que todos, o casi todos, estuvimos de acuerdo en algo: la necesidad de acabar con el machismo. Todos habréis leído, y quizá compartido, publicaciones, imágenes, comentarios, etc, que mostraban una denuncia al machismo, pero no servirá de nada, solo os sentiréis unos "ciudadanos ejemplares". Asentir con la cabeza al leer a través de una pantalla no ayuda a acabar con este problema. Muchos de los que ayer estuvisteis de acuerdo en formar parte de una lucha contra el machismo, hoy, apenas un día después, ya os habéis olvidado, ¿por qué? Lo desconozco. Quizá ya no tengáis la necesidad de aparentar ser algo que no sois, de dar una buena impresión o de quedar bien. Sea como sea, también admito que no es justo generalizar y habrá personas que no hayan revindicado su lucha contra el machismo en vano. Pasado ya el día en el que todos os mostrabais concienciados, considero oportuno publicar mi opinión.
Esto lo escribí hace poco más de un mes, pero no encontraba el momento oportuno para compartirlo. Creo que hoy, es ese momento. Antes de comenzar, me gustaría que este mensaje llegara al mayor número de personas posibles. Agradecería enormemente su difusión y de antemano, el apoyo que muchas personas me brindarán a mí y, especialmente, a las mujeres víctimas de esta lacra tan despreciable.
El objetivo de este mensaje es hacer ver que el machismo continúa siendo un problema en pleno siglo XXI, sí, es así, por triste y desolador que suene. Creo que ya va siendo hora de plantar cara a este problema y no esperar a que la solución venga de otros, así jamás lograremos acabar con este sufrimiento, lo único que conseguiremos será alargarlo. Sí, sé que muchos de los que leeréis esto pensaréis que tengo razón y que "algo hay que hacer", pero nada más lejos de eso, no moveréis un solo dedo para ayudar. Otros, afortunadamente, sí.
Entre los que no harán nada se encuentran los partidos políticos, esos que en campaña electoral prometen, prometen y siguen prometiendo esto, eso y aquello, para que, finalmente, todo se quede en eso, «promesas». "Ley contra la violencia de género por aquí, reforma por allá, mentiras, mentiras y más mentiras". SÍ, eso es lo que son, MENTIRAS. Ganar votos apelando a los sentimientos valiéndose de un problema social tan grave como el machismo me resulta excesivamente MISERABLE. Así que, lo siento, pero todas esas promesas se olvidan tras las urnas, no esperéis que ningún cambio venga de ellos porque nunca llegará. Es la triste realidad. Sea como sea, no es cuestión de buscar culpables, no acabaremos con el machismo encontrando culpables.
Dejando a un lado esto, sabiendo que no recibiremos apoyo por su parte (o no el suficiente), los encargados de acabar con el machismo somos nosotros. La solución no es esperar a que otros hagan algo, la solución es hacer todos JUNTOS ese «algo». Yo ansío un cambio, un cambio gracias al cual, pueda salir a la calle, dar un paseo y que en el camino no me cruce con esos indeseables retrógrados que babean (sí, literalmente, babean) observándote como si fueses un objeto, con esas miradas de depravados que me incitan miedo, y además balbucean comentarios obscenos que, desde luego, yo, me niego a soportar, ¿por qué? ¿Acaso por ser mujer debo aguantar eso? No. Por supuesto que no.
El problema es que la mayoría de mujeres están tan acostumbradas a ese tipo de situaciones, que ya lo ven algo normal y, simplemente, hacen caso omiso. "Ya se cansarán" —dicen— "Déjalos, no hagas caso". Y, ¿por qué tengo que ser yo la que debe ignorar eso y no ellos los que deben RESPETAR? Es, entre otras cosas, cuestión de respeto. Educación también. Es tremendamente escalofriante pensar en la gran cantidad de mujeres que viven esto a diario, A DIARIO. Cuántas de ellas se habrán hecho ya a la idea de que es imposible cambiar esa "rutina" tan deleznable (por calificarla de alguna manera). Cuántas muchas otras habrán sufrido situaciones peores como intimidaciones, insultos, acosos, violaciones… Repugnante.
Podríamos pararnos a hablar también del machismo a la hora de buscar trabajo, cuántas empresas habrán contratado a esas mujeres que quizá son más apuestas que tú en lo que a belleza exterior refiere, o cuántas mujeres habrán sido acosadas por unos jefes "machotes". Estoy harta de leer relatos de mujeres que publican sus experiencias, llenas de impotencia y rabia, por ver que lo que importa no es su impecable currículo, sino su físico. Que esos años de carrera, ese máster, esas complicadas oposiciones, todos esos años de sacrificio, tanto esfuerzo, en ocasiones, no sirve de nada. Y no, no es justo. No es justo que den trabajo a un escaparate bonito y no a una persona competente. (Ojo, no digo que una mujer hermosa no esté capacitada, por supuesto que puede estarlo, incluso más que otras, lo que digo es que deberían seleccionar dejando a un lado el físico, simplemente por la capacidad para desenvolverse en ese empleo).
Algunos piensan que el machismo es algo aislado, principalmente presente en religiones o creencias, pero no. Obviamente, dentro de ciertas religiones, o quizá, mejor dicho, dentro de ciertas costumbres y tradiciones, hay un incetivo extra que añadir a este tipo de pensamiento. Pero el machismo es algo habitual en la vida de una mujer, sea religiosa, no religiosa, guapa, fea, alta, baja, castaña, rubia…
Personalmente, yo formo parte de ese grupo de mujeres que no toleran las faltas de respeto, que, SIN VIOLENCIA, planta cara a aquellos que intentan hacerme sentir inferior por motivos irrelevantes. No, no voy a callar si piensas que soy inferior a ti, lo siento, estás equivocado, NO SOY INFERIOR A TI. Tampoco tú eres inferior a mí. Simplemente, estamos al mismo nivel. La diferencia es que yo te respeto y tú me degradas, porque tú tienes una educación retrógrada, una mente dócil y manipulable, a la que le han inculcado que una mujer es inferior. Lo siento de nuevo, pero el problema lo tienes tú y no yo, no es como piensas.
Seguramente, el 90-95% de las mujeres (por no decir el 100%) han sido víctimas alguna vez del machismo. Muchas de ellas mueren siendo víctimas. Otras logran salir adelante con mucho esfuerzo y valentía. Y eso es lo que quiero pedir, no quiero que este mensaje quede por ahí escrito, ni quiero que caiga en el olvido dentro de un par de días o incluso menos. Quiero que de una vez se luche contra el machismo. No quiero seguir saliendo a la calle y tener que oír comentarios machistas. No quiero seguir viendo que mueren mujeres víctimas de la violencia de género. No quiero que me quite el trabajo aquella rubia, alta y delgada, quiero que me lo quite una persona más competente que yo, y no un escaparate más bonito. Quiero que me respeten, quiero que se RESPETE A LAS MUJERES, quiero poder disfrutar de mi LIBERTAD y que no me priven de ella aquellos que piensan que tienen el derecho de arrebatármela. Quiero ACABAR con el MACHISMO. Quiero que en el futuro esto solo sea un mal recuerdo.