Por: Francisco Robles
Veo el drama de la erupción del volcán Cumbre Vieja en la isla de La Palma, y no puedo dejar de pensar en sus habitantes, en cada una de sus trágicas historias y sentir un escalofrío estremecido por su dolor, que sin duda son sobre todo particulares, o sea suyas, pero afectan también a la colectividad de los palmeños, de los canarios y de todos los españoles.
Con motivo y un loable desempeño profesional, los noticiarios abren sus ediciones con la puntual actualidad del suceso, que desde hace un mes ha desplazado de las Uno de todos los medios al Covid-19; me es inevitable contrastar ambos eventos y no dejo de ver cierto paralelismo entre los dos fenómenos, ambos surgidos de una naturaleza que se resiste al control humano, y que son causa de una profunda crisis de toda índole -cada uno en su escala-, con la salvedad afortunada de la ausencia de daños personales por el volcán. Hagamos votos porque esa diferencia se mantenga.
Ya se han alcanzado los 250 millones de casos en el mundo, con 5 millones de muertos por el Covid-19, y en España los datos oficiales de fallecidos son de 87.000 -el resto de fuentes los cifra en 130.000-, de los que 112 son melillenses, y para un total de 250.000 contagiados; el escenario socioeconómico no es tampoco halagüeño, sólo las empresas de gran tamaño( más de 500 empleados) han crecido, el resto son deficitarias, valga el dato de los 70000 parados sufridos por las pyme. La única esperanza que nos queda es mirar al cielo, para que el buen tiempo siga siendo el dinamizador económico que de otros lados no llega: consumir menos electricidad y tener por más tiempo turismo.
Y mientras los que nos gobiernan salen del enredo en las rastas del ya por fin exdiputado podemita Antonio Rodríguez, siguen enfrentados y las “cosas de comer” van de mal en peor, la luz -en contínuos precios de récord- es acompañada por los combustibles en su contínuo alza, lo que sin duda tiene perversos efectos sobre la actividad económica y el empleo, y lo más prosaico pero real como la vida misma, sobre la cesta de la compra, cada vez más cara.
La dualidad moral de los dirigentes de Podemos, de exigir la igualdad ante la ley de todos los españoles cuando afectó al Rey Emérito, pero buscar atajos para que no se les aplique a ellos, trasluce una debilidad y/o ausencia de valores democráticos, preocupante y sobre todo peligrosa, ya que forman parte del gobierno de España, y ello sin duda le pasará factura al PSOE.
Y en ese paralelismo al que me referí antes, hallo dos hechos similares por lo que significan de gestión ineficaz, la imprevisión en la primera parte de la epidemia -que se evidenció en la carencia de medios de protección, multipliando sus efectos-, y la ausencia aún de ayudas económicas a los afectados por la erupción del volcán ¡pasadas ya 5 semanas de su inicio! Ambas cuestiones tienen un denominador común, su responsable es el gobierno de España.
Una nota optimista para finalizar, la ministra Margarita Robles ha asegurado que Defensa, ya tiene dispuesta la reserva logística para afrontar posibles nuevos repuntes de la epidemia; cuando asistimos a repuntes en varios países europeos, casos destacados son los de Rusia -mil fallecidos diarios- y el Reino Unido-más de 40000 casos diarios-, la afirmación de Robles -sin duda uno de los valores del gobierno Sánchez-, es un bálsamo de tranquilidad y sobre todo de esperanza en un futuro tan lleno de incertidumbres de tan diversa estirpe.
Nota.- La buena evolución local, permite que la nueva normativa abra más la mano en la hostelería, manteniendo sólo la limitación al 75% del aforo en espacios cerrados y al consumo en barra; temo, por lo que significa, que esto último no va a volver pronto y cuando lo haga, no será en las condiciones de antes -como el uso de las mascarillas-, lo que comprendo y comparto.
