El Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Melilla (Icomme) ha acogido “de buen grado” el fin de la obligatoriedad de llevar mascarilla en el transporte público porque siguen bajando los índices de contagio por COVID y las hospitalizaciones, pero apela a la precaución y la solidaridad con las personas mayores y las vulnerables.
En una nota de prensa, el presidente del Icomme, Justo Sancho-Miñano, ha recordado que, aunque ya no es obligatorio llevar la mascarilla en transportes y edificios públicos, en los centros sanitarios sí sigue siendo necesaria su utilización.
“Hay que apelar también a la solidaridad de la gente y que elijan si deben ponérsela o no en circunstancias como estar rodeado de gente mayor y vulnerable”, ha manifestado Sancho-Miñano tras señalar que, con esta medida, publicada en el Boletín Oficial del Estado, España deja de ser el único país de Europa que mantenía su obligatoriedad.
El presidente del Icomme considera que los datos muestran que se sigue avanzando en la normalización tras la pandemia, ya que en la última semana en España el número de personas hospitalizadas ha descendido un 12,1 por ciento, un 15,2 por ciento en UCI, y la incidencia media de contagios en los últimos 14 días se establece en los 50,76 casos por cada 100.000 habitantes.
“Vamos por el buen camino, pero estamos en invierno y, por lo tanto, es época de infecciones respiratorias. Por ello, recordamos que la mascarilla es la herramienta idónea de prevención en aquellas personas con síntomas respiratorios compatibles con COVID, la gripe, el catarro, u otras infecciones respiratorias”, ha subrayado.
No en vano, ha insistido en que “el virus sigue ahí y hay que proteger a los más vulnerables”, de ahí que haya apelado a la solidaridad hacia ellos en este nuevo paso que se suma al fin de la obligatoriedad de las mascarillas en exteriores en febrero de 2022 y en interiores en abril de ese año.
“Momento de estabilidad”
Por su parte, la consejera de Salud Pública, Paqui García Maeso, ha recordado que la mascarilla sigue siendo obligatoria en centros y servicios sanitarios y en las oficinas de farmacia y botiquines, así como en los centros sociosanitarios, para las personas que trabajen en ellos y los visitantes.
La eliminación se adopta “en un momento de estabilidad de los casos” de COVID-19, con una clara tendencia a la baja, según la consejera, que ha aludido al último informe, del viernes pasado, según el cual la incidencia acumulada a 14 días en mayores de 60 años es de 50,76 casos por 100.000 habitantes.
Además, las camas ocupadas por pacientes COVID representan el 1,64 % del total y en las UCI, el 1,70 %.
Se trata, ha subrayado, de las cifras más bajas de toda la pandemia, aunque ha aconsejado el uso de la mascarilla a las personas que presentan sintomatología compatible con una infección respiratoria aguda y a las personas vulnerables.
También en espacios cerrados y en eventos multitudinarios, así como en el entorno familiar y en reuniones o celebraciones privadas, en función de la vulnerabilidad de los participantes.
