Las últimas entradas irregulares de inmigrantes a Melilla apenas han supuesto variaciones en la línea que mantiene el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de la ciudad desde hace unos meses, en los que ha logrado reducir su ocupación a apenas 500 personas y el tiempo medio de estancia a un mes.
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, recordó ayer que la situación que vive el CETI en la actualidad no ocurría desde hacía años, “más de una década, probablemente”, situando la ocupación del centro a la mitad, ya que recientemente fue sometido a unas obras de ampliación para pasar de 480 a 1.000 plazas.
La cifra contrasta con los 2.400 inmigrantes que llegó a acoger en 2014, el año de mayor presión migratoria sobre la valla, que coincidió con el auge de la crisis de los refugiados, lo que hizo necesario recurrir durante algunos meses a la instalación de carpas militares en el exterior del centro.
El Barkani señaló que en la actualidad continúa la dinámica de traslados de grupos a la península, como así ocurrió la semana pasada, cuando alrededor de 60 inmigrantes residentes en el CETI salieron para ser atendidos en centros de acogida del resto del territorio español, lo que ha permitido mantener la ocupación en medio millar de personas.
El delegado señaló que es “una cuestión muy difícil de gestionar, con independencia de los colores políticos y los responsables que haya en el Gobierno”, por lo que se mostró satisfecho por haber podido conseguir modular la entrada irregular de inmigrantes, que era uno de los objetivos marcados en la legislatura.
También reducir el tiempo media de espera en el CETI antes de ser traslado a la península, lo que atribuyó a “un logro conseguido por un equipo” formado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el Gobierno.
“Todos estamos en el mismo barco y remando hacia el mismo puerto”, dijo.
