Continuando con el plan de difusión de la Cultura de Defensa, promovido por este Centro de Historia y Cultura Militar, relacionado principalmente con el Ejército en Melilla, el artículo archivístico de este mes de marzo consiste en relatar la historia de estos pequeños fuertes.
A partir del Tratado de Paz y Amistad firmado entre España y Marruecos el 26 de abril de 1860, Melilla iba a contar con territorio más allá de las murallas, fue el disparo del cañón "El Caminante" desde Victoria Grande el 14 de junio de 1862 el que establecería estos límites y comenzaría la expansión de una nueva ciudad.
La defensa de Melilla tenía su principal enemigo en el Río de Oro La obra de la desviación del rio contaba con la dura oposición de las cabilas y con muchos incidentes se pudo inaugurar el nuevo cauce el 7 de marzo de 1872.
Para su protección se comenzó la construcción del primer cinturón de torres avanzadas circulares constituido por San Lorenzo, Camellos y Cabrerizas bajas.
Finalizado este último, en 1886 y para dar más seguridad al Campo Exterior con la aparición de las nuevas colonias, lo que es conocido como " La Colonización en Melilla", se inició el levantamiento de la línea avanzada de Fortificaciones Poligonales comenzando por el Fuerte de Rostrogordo, 1888/1890, el Fuerte de Cabrerizas Altas 1890/1892, y el 28 de septiembre de 1893 fueron iniciados los trabajos del Fuerte de Sidi Guariach lo que provocó la guerra conocida como la de Margallo, dándose por finalizada su construcción el 16 de septiembre de 1894 y en 1895 se finalizó la construcción del fuerte de María Cristina.
Como consecuencia de la guerra de Margallo se vio la necesidad de que había zonas desenfiladas entre estos fuertes y para ello se acometió la proyección en diversos puntos del campo exterior de pequeños fortines para evitar dichas zonas ocultas como los Fortín de Alfonso XIII, Reina Regente, Sidi Bajo, Triana o Hipódromo.