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El cannabis ¿Medicina o droga? ¿Solución o problema?

Cannabis

Por Gonzalo Fernández

El cannabis es una sustancia psicoactiva que se obtiene del cruce de varias subespecies de la planta sativa. Hay plantas que se seleccionan para obtener una mayor cantidad del compuesto psicoactivo de la planta, para fines medicinales o lúdicos. En cambio, las plantas que se seleccionan para producir cáñamo tienen mucha menos cantidad de dicho compuesto psicotrópico.
La planta contine cientos de químicos diferentes, pero los dos que más interesan son el THC o tetrahidrocannabinol, que es el compuesto psicoactivo, y el cannabidiol (CBD) con mínimos o casi nulos efectos psicotrópicos y que es el más utilizado en determinada aplicaciones medicas, aunque ambos pueden serlo dependiendo de las circunstancias y teniendo en cuenta el oportuno asesoramiento médico.
El consumo medicinal de cannabis con un equilibrio entre THC y CBD maximiza los efectos medicinales del THC, ya que el CBD disminuye la velocidad con que el hígado degrada el THC.
El uso exclusivo del CBD parece proporcionar una gran cantidad de efectos beneficiosos, evitando los posibles efectos negativos del uso del THC. Decimos parece porque la investigación sobre el uso medicinal de estas sustancias se ve enormemente dificultado por las restricciones impuestas por los gobiernos, y de hecho en muchos países la prohíben en su totalidad.
Probablemente también deberíamos citar la oposición de las industrias farmacéuticas tradicionales y de buena parte de los médicos que desconocen, o quieren desconocer, las posibilidades de uso médico de estos compuestos, ignorando la investigación anecdótica (realizada en pequeños grupos o sin el soporte necesario para considerarla como científicamente válida) así como algunas investigaciones parciales, sin el refrendo por pares necesario (otro u otros científicos comprueban y validan las conclusiones obtenidas) por lo que de nuevo no pueden considerarse como científicamente válidas.
Pero lo dicho anteriormente no niega los ya evidentes beneficios que el uso del cannabis proporciona a determinados pacientes, en muchos casos evitando el uso de sustancias mucho más agresivas del sistema nervioso central, como los opioides, y con mucha mayor probabilidad de crear dependencia.
Vemos lo ocurrido en Estados Unidos, donde determinadas compañías farmacéuticas se han visto condenadas en los tribunales por la distribución de cantidades inmensas de opioides, enormemente adictivos, que han creado millones de “drogadictos” con los perjuicios sociales y económicos consecuentes. Aunque, en este caso, los médicos que los recetaban no han sido condenados, pero son igualmente culpables.
Los efectos beneficiosos del THC se localizan en su mayoría en enfermos terminales o crónicos, ya que sus propiedades disminuye el sufrimiento de estas personas y no causa daño en el caso de los terminales. O un daño menor que el daño que evitan, en los crónicos. Es bien sabido que el dolor fuerte permanente causa enormes perjuicios psíquicos y físicos.
Los efectos negativos del THC son la pérdida de memoria a corto plazo, nerviosismo, falta de orientación y otros. Es claro que estos efectos serán muy graves o casi inexistentes, dependiendo de la cantidad de THC que se consuma en el tiempo, utilizando alguno de los diferentes procedimientos existentes.
Los efectos positivos del CBD parecen ser muchos y variados. Los principales son el analgésico, sustituyendo a los opiáceos; el  antiinflamatorio, donde puede llegar a sustituir con ventaja a los antiinflamatorios no esteroides; para paliar los duros efectos de la quimioterapia; como antidepresivo; calmante de las náuseas; antipsicótico; para reducir las crisis epilépticas; y otras muchas aplicaciones donde se requiera del efecto calmante que proporciona.
Los efectos negativos del CBD son prácticamente nulos.
En cuanto al cannabis (THC y CBD juntos) un área de investigación muy prometedora es su uso para tratar el stress postraumático en soldados que regresan de zonas de combate. En este caso existe suficiente información para asegurar que su uso proporciona una gran e indudable mejoría. Pero completar la investigación en esta y otras áreas requeriría que los gobiernos la apoyaran, o al menos no se opusieran a su realización.
En lo relativo a los posibles efectos perniciosos del cannabis, un análisis de Drug Science que sumó y comparó el daño causado por 20 drogas diferentes en el Reino Unido, afirmó que el cannabis causa menos daño a sus usuarios que las drogas legales tabaco y alcohol. Ambos tienen un mayor potencial de causar enfermedades graves y la muerte, pero son socialmente admitidas, quizás porque falta la información necesaria.
Los efectos del cannabis cuando se fuma o se vaporiza aparecen casi de inmediato, alcanzando su punto más fuerte en los primeros 15 minutos más o menos y casi desaparecen después de aproximadamente 3 horas. Cuando se usa por vía oral, los efectos del cannabis tardan mucho más en aparecer y es posible que no sientas nada durante una hora, pero los efectos pueden durar hasta cinco o más horas. La ingestión debajo de la lengua produce efectos aproximadamente a medio camino entre el vapeo / tabaquismo y el uso oral.
El consumo de cannabis ejerce un poco más de estrés en el cuerpo, por lo que aquellas personas que tengan algún problema de salud o que piensen realizar actividades físicas en ese período deben entender que existe un riesgo incrementado y que deben abstenerse de usarla o consultar a un médico especialista, con anterioridad a su consumo.
Con esta exposición no se pretende incitar al consumo recreativo del cannabis, y mucho menos con frecuencia o en grandes cantidades. Por el contrario, se pretende afirmar que el uso médico del cannabis parece puede ser muy beneficioso en ciertos casos, con la adecuada supervisión de especialistas médicos.

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Redacción

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