Los inmigrantes que han levantado innumerables chabolas junto al CETI y el Campo de Golf de Melilla, en la carretera de circunvalación, siguen haciendo oídos sordos a la petición de cumplir con la legalidad y no realizar una acción que va contra el ordenamiento jurídico español. Al mismo tiempo, el problema parece habérsele ido de las manos a la Delegación del Gobierno, que no ha podido evitar este fenómeno. El "espectáculo" que se puede ver con solo pasar con el coche por la carretera de circunvalación, a la altura del CETI, en los momentos previos a la ruptura del ayuno, es cuanto menos estremecedor. Decenas de anafres, con las llamas sobresaliendo y encima ollas preparando la comida que tomarán pasadas las nueve y media de la noche, ya que la mayoría son sirios que practican el Ramadán, es el cuadro que se observa. Además del evidente peligro de incendio en una zona verde como ésta próxima al Campo de Golf, se encuentra la acumulación de basura con el consiguiente riesgo para la salud de las personas, por las infecciones que pueden contraer para quienes por allí transitan. A ello hay que unirle que quienes allí permanecen realizan sus necesidades en plena vía pública. Así, lo que para cualquier melillense supondría una multa considerable -y más con el nuevo reglamento-, parece ser que para estas personas les sale gratis contravenir las normas.
