La llegada del calor se está haciendo notar en las últimas jornadas como no podía ser de otra manera en el mes de julio. Y a pesar de que la sensación térmica esta siendo muy elevada debido al efecto de las altas concentraciones de humedad relativa en el ambiente que se dan en la ciudad, los termómetros no han alcanzado, ni de lejos, la frontera de los 40ª, superada en muchas capitales peninsulares en las dos oleadas de calor que se han adueñado del país en lo que va de verano. Un calor, que hace que las costumbres cambien y que los ciudadanos abandonen durante muchas horas sus viviendas para disfrutar de las playas y de las numerosas terrazas al aire libre o de los locales climatizados que salpican la geografía melillense, como se observa en las fotografías de nuestro compañero Paco Guerrero.
