Hace muy pocos días paramos a desayunar o almorzar camino de Dos Hermanas, en la salida de la autovía en el Pueblo de Cuenca San Clemente. Como solemos salir siempre de viaje bien pronto, a las 7 o a las 8 de la mañana, después de recorrer unos 260 Km. hasta allí y unas 2 ½ h. de tiempo, apetece una… … paradita para descansar, evacuar lo que haya que evacuar por esa contingencia fisiológica común, en ocasiones, de “urgencia” por eso de la próstata o la vejiga senil. Aquí si que no hay “igualdad ninguna” en el hombre y la mujer, es decir, en los servicios públicos y todos sabemos el por qué la cola de las damas siempre es mucho más larga. Además, coincidimos con la parada obligada de un autobús que incluso, portaba a más féminas que hombres. Tostada, pasta o bocadillo y un buen café con leche o solo descafeinado, como suelo tomar yo, todo esto sienta bien.
Llega la hora de ese café con sacarina o espartano, que para el caso suele ser lo mismo. En principio nos lo pone a mi esposa y a mí con un sobrecito de azúcar. Cuando lo iba a rechazar y pedir el edulcorante, veo que cada sobre llevaba impresa “la frasecita de marras”, suele ocurrir muchas veces, en una leo: “El consumo de cafeína disminuye el riesgo de padecer enfermedades como Parkinson o Alzheimer”. Y en el otro, algo parecido: “El café contiene sustancias como vitaminas, minerales y antioxidantes, por lo que puede tener efectos beneficiosos en el aparato digestivo”. En ambos no consta tutoría de dichos dos consejos “beneficiosos para la salud”, eso sí entre paréntesis sí que pone (Café y Salud).
Está más que claro el marketing comercial y más tratándose de una cafetería/restaurante de descanso en el camino. No voy a entrar en si es verdad o mentira lo que nos aconsejan en esos dos sobrecitos de azúcar. Lo que sí está claro, es que sin despreciar las infusiones, a mí me reconforma, me gusta y lo consumo habitualmente (descafeinado) por eso de la tensión alta y si vas en carretera en viaje largo, también se suele decir que ayuda a mantenernos despejados. En ese caso de cansancio, desde luego, ni café ni “leches en vinagre”, lo mejor descansar, aunque sea media horita en lugar vigilado (gasolinera o entrada a cafeterías) por eso del vandalismo y saqueos en autovías, autopistas y áreas de descanso. Después de ese sueñecillo, un lavado de cara y cogote, evacuar otra vez si es preciso, refrescar también el vehículo y “darle de beber” lo que habitualmente consuma (gasoil o gasolina), no vaya a pasar lo que me ocurrió a mí hará unos 30 años iniciando un viaje a Andorra, que por ir distraído detrás de otro vehículo y pararme en una gasolinera detrás de él, cuando me tocó el turno, le digo al operario despachador (cuando estos existían): “lleno por favor”, a los 100 metros “gripao total”, entonces mi coche era de gasolina y le metí gasoil. Grúa, taller, vaciado, limpiado y vuelta a llenar (un pastón) y unas tres horas perdidas, tuve que conducir de noche y consumir algún café que otro, eso sí, con 30 años menos, más fuerte y mejor salud.
Siguiendo con los consejos, entre otros los culinarios, que pueden ser beneficiosos o perjudiciales para la salud, lo mejor bajo control médico de endocrino, nutriólogo, nutricionista o dietista doctorado. Tanto en Internet, u otros medios de comunicación, el que paga manda y cuando interesa promocionar algo, como en el caso de la cafetería mencionada “todo vale”. Hablando de café o incluso de café con leche, desde luego, el “mejor” el que patrocinó en su “inglés castizo” la ex alcaldesa de la capital del oso y el madroño, Señora Ana “Botella de Aznar” para tomar tranquilamente en esa Plaza Mayor madrileña (yo no lo escribo en inglés, primero porque “ni puñetera idea” y segundo “porque no me da la gana”).
Amigos lectores melillenses me despido como siempre con mi mejor deseo de salud, paz, libertad, sana convivencia, trabajo bien retribuido y siempre mucha atención en la carretera.
