El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, hizo ayer un llamamiento a la calma ante la inquietud que ha generado la aparición de este caso de meningitis. En su opinión, es injusto afirmar que Melilla está en continuo riesgo sanitario por la presión migratoria que vive. “Hay un enfermo, no es un brote, es un caso único que está aislado”, dejó claro El Barkani antes de acusar de falta de seriedad y responsabilidad a quienes crean una alarma al respecto. El director territorial del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), Francisco Robles, se expresó en esta misma línea para tranquilizar a la opinión pública. “Para nada estamos ante una alerta sanitaria”, subrayó tras recordar que desde el lunes se empezaron a tomar las medidas preventivas que establecen los protocolos y ayer mismo se decidió que podrían implantarse otras si fuera necesario.
Además, insistió en que se está dando una correcta coordinación entre las administraciones implicadas y que “la alerta sanitaria de Melilla no va a venir dada por la situación de un inmigrante”, máxime cuando este colectivo no va a traer a la ciudad enfermedades víricas como algunas voces han llegado a apuntar. No en vano, recordó que a todos los sin papeles se les hacen pruebas sanitarias, básicamente análisis de sangre y placas antes de remitirlos a la península, algo que, dijo, tampoco está perjudicando a la atención médica del resto de la población.
En este sentido, desmintió que el martes se diera un colapso de los servicios de Urgencias, y también negó que se esté dando preferencia a la atención de los inmigrantes sobre la de los melillenses.
