El aumento del gasto militar al 2% requiere, según el Ministerio de Defensa, incrementar la plantilla del Ejército

Militares Melilla

Sánchez enfrenta presiones de la UE para aumentar el gasto en Defensa al 2% del PIB, pero sus socios no apoyan. La atracción por ser soldado ha disminuido, y la necesidad de más efectivos se vuelve urgente ante nuevas amenazas.

 

Sánchez tiene un gran problema ante las exigencias de la UE (Unión Europea) de que aumente significativamente el gasto en Defensa (se ha comprometido en llegar al 2% del PIB): sus socios de Gobierno no le apoyan y, según se ha sabido recientemente, ser un soldado al servicio de tu país ha dejado de ser un trabajo atractivo para los españoles. De acuerdo con el último informe del Observatorio de la vida militar, correspondiente a 2023, el Ministerio de Defensa, pese a incrementar ese año en casi un 60% las plazas ofrecidas para puestos de tropa respecto a 2022 (de 4.300 a 6.826), no pudo evitar que el número de soldados y marineros disminuyera por segundo año consecutivo.

Pese al poco atractivo actual a la hora de ser soldado, el Ministerio de Defensa advierte, ante el incremento previsto del gasto militar en un 2% del PIB, de la necesidad de aumentar el número de efectivos de las Fuerzas Armadas ante la aparición «de nuevas amenazas«.

El Ministerio dirigido por Margarita Robles publicó el 11 de marzo en el BOE el Real Decreto 198/2025, por el que se fijan las plantillas reglamentarias de oficiales generales, oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas para el periodo 2025-2029.

El Ministerio de Defensa subraya en el texto que el Jefe de Estado Mayor de la Defensa “ha manifestado en reiteradas ocasiones la necesidad de incrementar el número global de efectivos de las Fuerzas Amadas”, con el fin de poder hacer frente a la aparición de nuevas amenazas y ámbitos de actuación (Ciberdefensa, nuevos dominios del Ejército del Aire y del Espacio, etc.).

El PP, por su parte, proponía en su programa para las elecciones de 2023 elevar el número de militares y desarrollar un nuevo modelo de reserva militar voluntaria.

El Ministerio subraya que “las previsiones presupuestarias, que apuntan hacia un 2 % del PIB dedicado a la Defensa, recomiendan planificar, a medio y largo plazo, un escenario de recursos humanos superior al actual”.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha comprometido recientemente a que España, el país más rezagado de la OTAN en inversión en Defensa, llegue al umbral del 2% del producto interior bruto (PIB) antes de 2029, a pesar de las reticencias de algunos de sus socios fundamentales (Sumar, ERC o Podemos), lo que supondrá inyectar más de 10.000 millones de euros.

España pasaría de una inversión de unos 12.450 millones de euros a 29.005 millones; puesto que la subida será gradual, el periodo 2022-2030 debería cerrar con un aumento acumulado de la actividad de 57.579 millones de euros.

En su programa para las elecciones del año 2023, el partido liderado por Alberto Núñez Feijóo (PP) se comprometía a destinar un 2% del PIB en seguridad y defensa y a elevar el número de efectivos de las Fuerzas Armadas “durante dos legislaturas hasta alcanzar los 140.000 previstos por la ley”, así como a “mejorar sus condiciones sociolaborales”.

Muchos españoles, que en su gran mayoría aprueban/entienden el que se aumente el gasto militar, dudan de la capacidad de Sánchez para conseguirlo y se temen que simplemente se amplie la plantilla y los sueldos (a costa de todos los españoles) y no se invierta también en armamento, vehículos, aviones, etc. modernos.

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