El asombroso caso de Melilla Hoy

Enrique Bohórquez para la Semana

La Semana. MH, 20/04/2025

Por: J.B.

 

“Decidas lo que decidas, trabaja conjuntamente con la señora Judd (la directora del colegio) y con el señor Newbegin. Que no parezca que se te ha ocurrido a ti; no se lo sueltes de golpe. Cuanto más crean que la idea ha sido suya, más te apoyarán”.

Es un párrafo de la novela “Nunca”, del famoso y exitoso Ken Follett (ha publicado, entre otras muchas obras, la hiperconocida novela “ Los pilares de la Tierra”), en el que la presidenta de Estados Unidos, Pauline Green (ficticia y, siguiendo la actual corriente de que las mujeres deben estar en todas partes, sean válidas o no-no es el caso de este personaje-, la primera mujer que lo logra en EEUU),  aconseja a su hija cómo actuar ante un conflicto, en el colegio, de su hija con el profesor de historia.

Cuanto más crean que la idea ha sido suya, más te apoyarán

La hija (en la novela) de la presidenta se enfrenta en varias ocasiones al profesor de historia al tratar el tema de las atrocidades nazis, pidiendo/exigiendo que se hablase también del genocidio de los indios americanos (pasaron de ser 10 millones, a apenas 250.000 mil); a consecuencia de lo cual es expulsada, dada su insistencia, de clase tres veces. La presidenta, previamente al párrafo referido anteriormente, le aconseja a su hija: “Presenta una moción (en la Sociedad de Debate que hay en la escuela, de la que forma parte la chica) sobre las guerras indias. ¿Fueron los pioneros los culpables del genocidio? Haz que toda la escuela se implique en la discusión, incluido el señor Newbegin (su profesor). Tienes que conseguir que sea tu amigo, no tu enemigo.”

 Hago míos, y me gustaría/agradecería que otros muchos lo hicieran en Melilla y España, los consejos de la ficticia presidenta de EEUU. Implicar a la gente en los temas y que los crean/vean como suyos es la clave del éxito (“tienes que conseguir que sea tu amigo, no tu enemigo”). Buscar/conseguir/perseguir enemigos por todas partes, como ocurre en la política melillense y, en mayor medida, en la nacional, no es el camino; aunque entiendo que, con personajes como Sánchez y algunos otros (también en Melilla), es prácticamente imposible hacer nada y/o debe hacerse tapándose la nariz para soportar el hedor.

Un luchador incansable, mi querido padre, fue el que lo hizo posible con su cabezonería y con su incansable trabajo.

El milagro de Melilla Hoy

 Definición de “milagro” según la RAE: “Hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino”, o “Suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa”.

Ambas acepciones se pueden aplicar al nacimiento y supervivencia, durante 40 años (el próximo 21 de abril, mañana, cumplirá 40 años de existencia), del diario Melilla Hoy. Sí, fue un suceso raro y extraordinario nacer con la oposición de muchos, especialmente algunos despreciables políticos del PSOE de entonces y, fue también, el sobrevivir hasta hoy (pese a las múltiples zancadillas y penalidades sufridas), un suceso que contó con la ayuda divina y el esfuerzo de muchos, que hacen que cada día el periódico esté con los melillenses.

Un luchador incansable, mi querido padre, fue el que lo hizo posible con su cabezonería y con su incansable trabajo. Consiguió, con el tiempo, que Melilla Hoy y Melilla fuesen (y sean) un todo inseparable, consiguió que los melillenses sintiesen Melilla Hoy como algo suyo, un lugar sin miedo a los políticos, donde cualquiera podía (y puede) acudir si necesita ayuda o apoyo.

Muchos hemos ayudado (cada uno en lo suyo) para que Melilla Hoy naciera, se mantuviera y desarrollara, contra viento y marea.

Pasó “Don Enrique”, como muchos le llaman, por alto, en algunas ocasiones, ataques y deslealtades de políticos varios en pos de un bien mayor: Melilla. No buscaba (ni busca) enemigos, pero a muchos no les gusta (como al profesor Newbegin) el que opina diferente o cuestiona el poder.

Es cierto que no la ha conseguido sólo. Muchos hemos ayudado (cada uno en lo suyo) para que Melilla Hoy naciera, se mantuviera y desarrollara, contra viento y marea. Además de todos los trabajadores actuales, a los que doy las gracias desde aquí por su trabajo diario, he de recordar a nuestros colaboradores (todos muy buenos) y a los que ya no están con nosotros, pero fueron muy importantes, como los casos de Angel Meléndez, Antonio Calderay, Celeste Abeti, Amalia Ruiz, Antonio Garrido, Lele, Sebas, etc.… (siento no poder ponerlos a todos).

Cuarenta años son muchos (en la Edad Media casi nadie llegaba a esa edad), pero no nos conformamos.

¡Enhorabuena, padre! ¡Feliz 40 cumpleaños! ¡Un milagro!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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