EL ATRIL DE GALLARDO

El arte necesidad de prevenir

Siempre nos pillan con el pié cambiado. Actuamos a posteriori de los hechos, desoímos a la comunidad científica, se buscan los matices y las diferencias, la rentabilidad política a cualquier precio justificando que el medio vislumbre el fin. Ahora por Filomena y el kaos, mañana por las olas de calor por llegar en este planeta herido, demasiado sucio a costa del progreso para unos. No existe cultura de la prevención actuándose a destiempo y justificando lo injustificable huyendo o tergiversando la necesaria crítica.
La sociedad cada vez se muestra más descomprometida. Lo queremos todo hecho exigiendo la inmediatez. No se fomenta la iniciativa vecinal descafeinando la participación y el ser corresponsables en nuestros entornos de proximidad.

No se trabaja la cultura del esfuerzo , primando nuestros derechos sobre los deberes como protagonistas del sentir y hacer comunitario. El político que ha de estar en constante contacto con la calle, con la ciudadanía , no tiene capacidad de solucionar incluso en la urgencia. Todo anda sometido a la reunionitis de rigor que frena o no prioriza enfriándose los temas. Son artistas del " lo recojo y ya veremos", del ya lo estudiaremos y el bla bla bla de palabras no acompañadas de los hechos.

Crece el desencanto, la desconfianza, la incertidumbre ante la ausencia de referentes. Siguen sirviéndose renunciando el servir. Se amparan en inmunidades por el cargo, no hay modelos ,no hay culpabilidad ni dimisiones por nefastos procederes, cundiendo el populismo del "todos iguales" que anula auténticos servidores a minimizar. Y es que lo triste es que estas líneas las escribí hace casi treinta años y no ha cambiado NADA en esta democracia donde deambulan tantos acomodados.

Conscientes de que no solo somos un número, seguimos reclamando el " menos cautivos y abolir los interesados vasallajes de tantos estómagos agradecidos , hueros de conciencia y arraigo de clase"
No existen Plataformas intergeneracionales de contraste, opinión , propuestas y enriquecimiento mutuo. Los jubilados tras la vida activa laboral no son tenidos en cuenta más allá de la estrecha visión de acomodarles en el juego de damas ,ajedrez, dados o sucedáneos, renunciándose a beber de sus experiencias y en muchos casos voluntaria capacidad de colaborar en el " hacer ciudad ". No hay valentía, apuesta por introducir nuevos enfoques al respecto. Y reflexiono desde mi realidad de proximidad, desde nuestra
Melilla que ha de afrontar un futuro del que gozarán otros, desde la queja y el lamento sincero que hoy no callo. Saludos.

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