La Consejería de Bienestar Social ha multiplicado por 7,5 veces en los últimos ocho años el desembolso económico que lleva a cabo en el sistema de ayudas que concede al sector de la población más desfavorecido. De los 690.000 euros que destinaba en 2009, ha pasado a los 5,2 millones de 2017. Con estas cifras en la mano, el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, rebatió las críticas que recibe su Gobierno por una supuesta falta de atención a quienes más lo necesitan.
“¿Quién dice que no trabajamos en la ayuda social a la gente? No se puede decir eso sin una base de hipocresía”, afirmó Imbroda durante el balance de gestión de su Gobierno en la primera mitad de la legislatura. Para los próximos dos años, el objetivo es aplicar “un itinerario de inserción laboral” a los beneficiarios del IMI.