En esta fecha, todo está lleno de anuncios. Anuncios de todo tipo. Anuncios muy bonitos que hablan de felicidad, de paz, de armonía y buenas voluntades. Muchos anuncios que llevan a los demás un mensaje de hermandad y deseos de una vida mejor. Más justa. Más próspera y sobre todo más humanizada. Debido a eso, creo que es hermoso a la vez que conmovedor, recordar aquí EL ANUNCIO MÁS BELLO Y TRASCENDENTAL de toda loa historia de nuestra propia fé. El ANUNCIO que dice:
“Dios te salve María
llena eres de gracia,
el Señor es contigo
y bendito es el fruto
de tu vientre…”
EL ANUNCIO que ha dado después, origen de todos los anuncios de nuestro tiempo. Gracias a él, los demás anuncios, pueden hablar de paz, de felicidad, de hermandad, y de amor entre los seres humanos. Sea cual sea su lengua, su religión o su fé. Gracias, a que el ÁNGEL DEL SEÑOR anunció a MARÍA, la gente descubrió que la NAVIDAD TAMBIÉN ES POSIBLE Y NECESARIA. Y son miles, millones de anuncios en todo el mundo. Impresos. En Radio. En Televisión. En letreros luminosos, los que quieren, en un afán de ser mejor, copiar al Ángel y decirle también a la Tierra:
“Dios te saluda Humanidad,
Llena estas de temores y de penas
pero el hombre está contigo
y bendito es el fruto de su espíritu…”
Y a partir de ahí estamos. Es el espíritu inmerso en la lucha de lo inmaculado contra lo que deteriora. En la batalla abierta del ser contra el no ser. Pues gracias al anuncio maravilloso de la Navidad, el vientre de una niña de 14 años, CONCIBIÓ UN HOMBRE NUEVO. Un hombre que no venía por obra de otro hombre, para que la rueda no tuviese el mismo itinerario perdido de siempre, y apareciera, en el hombre de todos los siglos, la RENOVACIÓN NACIDA DESDE SU PROPIA INCOGNITA, al hacerle presente el anuncio de su propio misterio. Un Hombre del espíritu fecundado por ÉL y trasladado por ÉL, más allá de la iniciativa terrenal. Un Hombre que dijo: “Mi reino no es de este Mundo”… Que el lector continúe este artículo con lo que quiera anunciar…
