Los responsables del albergue San Vicente de Paúl han querido responder a las declaraciones vertidas por los afectados del terremoto alojados en el centro. Según defienden, se les está intentando dar las mayores comodidades posibles. Exponen, entre otras circunstancias, que los residentes deben dejar sus habitaciones de 10.00 a 13.00 horas para su limpieza, pero que no están obligados a abandonar el centro ni a estar “en la calle como perros”, ya que, según su versión, pueden quedarse si no han descansado o las condiciones climatológicas son adversas. Responsables del albergue San Vicente de Paúl se han dirigido a MELILLA HOY para responder a las declaraciones que publicó este diario de los afectados por el terremoto alojados en el centro. Según apuntaron desde la dirección, sus acogidos no tendrían motivos para quejarse de la estancia en el albergue, puesto que desde el centro se les intenta ofrecer las máximas comodidades posibles.
En este sentido, quisieron precisar que una de las familias afectadas comparte una habitación para cinco personas por elección propia, ya que, siempre según la versión de la dirección del albergue, se les propusieron dos habitaciones, cosa que negaron para poder estar todos juntos.
Facilidades en las comidas
Por otro lado, añadieron que el comedor dispone de un microondas que las familias pueden usar libremente para calentar las comidas, ya que los menores llegan al albergue pasadas las 14.45 horas.
En esta línea, matizó que no es cierto que los niños tengan que realizar los deberes en el suelo, «ya que disponemos de distintos comedores, en los cuales tienen mesas y sillas para llevarlo a cabo, siempre y cuando los padres estén pendientes de ello».Así, indicaron los responsables del albergue que los menores pueden ver la televisión hasta las 21.00 horas, ya que, a partir de esa hora, consideran que es inapropiado el visionado de dibujos.
Horarios flexibles
En relación a las quejas por el horario, insisten en que es necesario que las habitaciones queden libres de 10.00 a 13.00 horas para que las limpiadoras realicen su trabajo.
«Por las tardes, las familias pueden permanecer en el centro sin la obligación de salir», aseguran. Además, sostienen que cuando hace mal tiempo o están enfermos no están obligados a salir del centro, en contra de lo que apuntaban a este diario los afectados por el terremoto. Lo mismo sucede, siguen explicando desde la dirección del centro, cuando los padres o los hijos «pasan mala noche». Por ello, aclararon que «no tienen que estar en la calle todo el día como perros».
Finalmente, expresaron que los residentes tienen un horario de descanso que es de 14.00 a 17.00 horas, durante el cual «se les solicita a los padres que los niños hagan el menor ruido posible, haciendo caso omiso».