La diputada por Melilla en la Cámara Baja, María del Carmen Dueñas, celebró que los equipos negociadores de C’s y PP hayan sido capaces de conversar y de alcanzar un pacto de investidura de 150 puntos. Según indicó, en las dos citas con las urnas quedó claro que era tiempo “de diálogo y de hablar de España”, ya que los ciudadanos “necesitan que haya un gobierno ya”, como subrayó la dirigente popular. Por su parte, afirmó que todavía confía en que el candidato socialista, Pedro Sánchez, recapacite y salga del ‘no’ en el que se ha “enrocado”. En este sentido, dijo que esperaba que mostrase otra postura en la segunda ronda de contactos para la investidura. La diputada por Melilla en el Congreso de los Diputados, María del Carmen Dueñas, destacó en declaraciones a este diario el “gran esfuerzo de diálogo” que han llevado a cabo, a su parecer, los equipos negociadores del PP y de C’s para alcanzar finalmente un pacto de investidura. En este sentido, subrayó “la generosidad de ambas formaciones” para llegar al acuerdo que incluye un total de 150 puntos.
“Los españoles y los melillenses necesitamos que haya un gobierno ya”, puso de manifiesto la diputada de la Cámara Baja. Asimismo, aseveró que tanto en las elecciones del 20 de diciembre como en las del 26 de junio “los ciudadanos nos dijeron muy claro en las urnas que era tiempo de diálogo y de hablar de España”.
Por su parte, Dueñas defendió que C’s y PP han llegado a “medidas positivas”, un total de 150 puntos que se estructuran en cinco bloques diferentes y que tienen como principal objetivo el crecimiento económico y la creación de empleo. “Se trataba de llegar a puntos de encuentro para que el país empiece a andar”, sostuvo.
Al respecto, añadió que le hubiera gustado que el candidato socialista, Pedro Sánchez, “no despreciase el diálogo” ya que, según indicó, “no se trata de conversar con el PP, sino con los españoles”. En este sentido, Dueñas puso de manifiesto que el PSOE “se ha vuelto a enrocar en el ‘no’ a la formación de una investidura”, algo que aseguró que “no conduce a nada bueno” porque afecta tanto al país como a Melilla, ya que, según sus palabras, “impide que siga avanzando”.
