A las doce de esta noche 31 de diciembre los melillenses nos situaremos frente al televisor con los nervios en el estómago y doce uvas perladas en la mano, esperando el momento en el que el reloj de la Puerta del Sol en Madrid comience a marcar el final del año y dé la bienvenida al nuevo, con sus doce campanadas. Los melillenses nos sumaremos así al rito seguido por toda España desde hace más de cien años, de recibir al nuevo año tomando las doce uvas de la suerte, con todo lo que ello representa en cuanto a que tenemos la oportunidad de pedir una docena de deseos. Pero antes hay que comprar las consabidas uvas y los precios, en esta ocasión, no difieren demasiado de los del año pasado. Los mercados de la ciudad han hecho buen acopio de este estimado compañero de fatigas de la Nochevieja española, y los precios, según clientes y vendedores, no difieren de los del pasado año. Lo cierto es que en algunos establecimientos podía adquirirse ayer medio kilo de uvas a cincuenta céntimos, en una oferta especial, mientras que en otros, el kilo se elevaba hasta los tres euros. En cuanto a las uvas enlatadas, los precios son similares a los del 2013, rodando el euro o superándolo en un par de céntimos. El motivo, la sempiterna crisis económica y evitar así que el género se quede sin vender. Las familias serán las que decidan y ya se sabe que a falta de uvas, hay quienes incluso recurren a las pasas. Lo cierto es que no hay que dejarlo todo para última hora, máxime cuando hoy los comercios cerrarán temprano.
Historia
En cuanto a cómo tomar las uvas, aquí se cumple eso de que 'para gustos, los colores' y es que hay quienes las toman enteras, otros les quitan la piel y los más sibaritas les retiran hasta las pepitas. El objetivo de todo esto es tomar las uvas evitando atragantarse.
La implantación de la costumbre de tomar las doce uvas, que es exclusiva de nuestro país, no se debe a motivos religiosos o culturales, sino más bien a meros intereses económicos. En la Nochevieja de 1909, los viticultores, en un esfuerzo desesperado de imaginación, consiguieron desembarazarse del excedente de aquella temporada inventando el rito de tomar las uvas de la suerte en la última noche del año. Aquella moda pronto se extendió por todo el país. El sentir generalizado es que comerse las doce uvas a medida que van sonando las campanadas de medianoche es una manera de empezar el nuevo año con buena suerte.
Como cada año, unos 28 segundos antes de las doce de la noche del 31, la bola de latón del reloj del edificio principal de la Puerta del Sol descenderá por su propio peso, dando paso al típico repiqueteo anunciador de que el año 2014 está a punto de terminar. Luego sonarán los cuatro cuartos y después las 12 campanadas, con un intervalo de tres segundos entre una y otra, tiempo suficiente para ir tomando una a una las doce uvas de la suerte.
Tradiciones y tiempo
Alrededor de la tradición de tomar las uvas ha surgido toda una serie de rituales cada vez más complejos pero que a todos divierten. Así hay quien recomienda utilizar ropa interior amarilla porque trae mucha prosperidad, o de color roja porque permitirá encontrar el amor ideal. Si la ropa interior se usa al revés, se tendrá mucha ropa nueva. Otro dicen de tomar una copa de cava o sidra con un anillo de oro en el interior y siete lentejas para buscar dinero y prosperidad en el nuevo año.
En cualquier caso, tome las uvas si lo desea o no las tome, pero sí que desde MELILLA HOY deseamos a todos los melillenses un feliz y emocionante 2015, un año en el que todos soñamos con ir dejando atrás esta crisis impertinente.
En cuanto al tiempo previsto para esta última noche, la Agencia Estatal de Meteorología prevé cielos despejados, temperatura máxima de 13 grados y mínima de 8, y viento de levante que virará a flojos variables a lo largo del día. Como ven, jornada algo fresca pero sin mayores sorpresas.
