El Pleno de la Asamblea de Melilla ha aprobado por la mayoría de los grupos parlamentarios, a excepción de Vox, del Plan de Acción y Mitigación para el Clima y la Energía Sostenible (PACES), un compromiso que pretende acercar los objetivos energéticos marcados por Europa a los municipios de todos los países europeos, comprometiéndose a actuar para alcanzar el objetivo de la Unión Europea (UE) de reducir en un 40% los gases de efecto invernadero de aquí a 2030, así como promover la adopción de medidas conjuntas para la atenuación del cambio climático y la adaptación a éste.
A pesar de que casi la totalidad de los grupos parlamentarios han apoyado la aprobación de dicho plan, han mostrado sus diferencias en el fondo de la cuestión.
Para empezar, Vox ha justificado el voto en contra del PACES porque lo ve como «una deriva más de la Agenda 2030, que ha demostrado ser muy lesiva para los intereses del sector agrícola, ganadero y pesca». «Daños que ya están padeciendo nuestros conciudadanos», ha advertido escuetamente el portavoz del partido en la Asamblea, José Miguel Tasende.
El diputado del PSOE, Rafael Robles, por su parte, ha puesto de relieve las medidas que ha defendido para combatir la crisis climática, como la Declaración de Emergencia Climática de la Asamblea, promovida por el exviceconsejero de Recursos Hídricos y Energías Renovables, Francisco Vizcaíno, en 2019, diversas mociones como ‘Un bebé, un árbol’ o la moción ‘En Plan Bien’ para el fomento de uso de medios de transporte sostenibles.
No obstante, Robles cree que el Gobierno de la Ciudad Autónoma «debe abordar otras acciones que están íntimamente ligadas a esta iniciativa», como la implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), o reconsiderar el cierre al tráfico rodado del Dique Sur, que ha supuesto «un retroceso en la peatonalización de las zonas de la ciudad».
Por último, Somos Melilla lamenta que se hayan producido «pocos avances» en materia climática o de cuidado medioambiental en los últimos años, con la central eléctrica «más contaminante de España» en el centro de la ciudad, con vertidos de aguas fecales en la desembocadura del Río de Oro o con «pasos muy tímidos» para el fomento en la instalación de placas solares en edificios de la ciudad.
«Está bien lo que se pone por escrito, pero estamos bastante lejos en ser una ciudad referente en mitigación del cambio climático y en energías renovables», ha resuelto.
En su turno de réplica, el consejero de Medio Ambiente y Naturaleza, Daniel Ventura, ha centrado principalmente sus ataques hacia PSOE y Somos.
En primer lugar, ha afeado a los diputados socialistas que se erijan como «abanderados de absolutamente todo». «Y no son abanderados de absolutamente nada», ha aseverado, dejando claro que «a todos nos duele el tema del Medio Ambiente».
En este sentido, ha asegurado que desde el área que él dirige ya están trabajando en la implantación de la ZBE «ahora que sí hay coordinación entre las distintas áreas» del Gobierno local, porque la implantación de la ZBE es una medida «transversal» en la que «todo el Gobierno está implicado», e incluso otros organismos, para un plan que tiene una duración de dos años.
Por otro lado, ha vuelto a afearle a Azmani la visión «negativa», «catastrofista» y «derrotista» que tiene de la ciudad. «No estamos tan mal como ustedes lo pintan. No hay tantas emisiones ni tanta contaminación. No hace falta que asuste a la gente que no está pasando nada absolutamente grave», ha asegurado.
No obstante, el dirigente localista le ha respondido que Melilla es «un basurero miremos donde miremos» y no es «ejemplo de nada» en cuanto a cuidado de su entorno medioambiental.
Robles ha apremiado en su turno de réplica a Ventura a que trabaje de una forma «más diligente y acelerada para no quedarnos atrás en la emergencia climática» y le insistido en que la reapertura del Dique Sur al tráfico rodado «va en contra de las medidas» contra la crisis climática.
El titular de Medio Ambiente le ha reprochado al diputado socialista que lleven casi un año preocupándose solamente de ese asunto y no de otras zonas naturales afectadas, como la Zona de Especial Conservación (ZEC) de Aguadú, donde el Ministerio del Interior ejecutó importantes obras de reforzamiento de la valla que perjudicaron a varias especies animales y de flora.
«¿No tiene nada que decir después de que se hayan cargado la naturaleza que había en esa zona y que estaba en riesgo de desaparecer? ¿De eso usted no dice nada?», le ha preguntado, reprochándole, además, la prórroga de la concesión del suelo a Endesa para que la planta eléctrica continúe 30 años más en el centro de la ciudad.
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