Tenía que caer en cualquier momento, era la lógica no solo humana, sino política. Por otro lado ya me tenia a mí su actitud, acomplejado; yo jubilado hace ya… y él a trancas y barrancas aguantando todo tipo de chaparrón, y esto me preocupaba, pues no sabía que pensar, si yo estaba con el corazón partido, cómo es que él, tan renqueante como parecía estar, aguantaba todo tipo de transparencias y no se jubilaba a tiempo de disfrutar de ver los toros desde la barrera. Y usted se preguntará que a mí que más me daba. Lógico. Pero es la cuestión que él, El Rey, me lleva sólo 27 días de vida y eso me fastidia; yo no he ido de safari, ni en avión de caza, ni he navegado con el bribón, ni he tenido admiradoras que compartirán mi tiempo extra; en fin todas esas zarandajas que un rey como tal, disfruta y pena. Pues ni en mi "palafito" he mandado. Eso sí, casto varón y célibe, mentalmente sufridor de que al mes de casarme, salió ¡la minifalda!… Hoy en día, cinturón.
Le ha costado trabajo, pero con lo que se le venía encima, por lo de la hija en el caso Noós,.. Y una hija, quieras o no, es tu hija. Y si encima no puedes hacer nada como Rey, pues dígame usted el papelón. El nuevo Rey, como tal, lo creo necesario tal como están las cosas, pues sólo nos faltaba que un plebeyo protestón "pudiera" coger la Jefatura del Estado, sólo con la preparación del mitín callejero como práctica, por muy licenciado que se sea, que también lo era, el licenciado vidriera.
El nuevo rey, joven él, será una amortiguación a tanta descomposición política, con lo cual una vez calmadas las fieras, el odio del pasado trasnochador y la inquietud joven actual que tenga dos dedos de frente, podrá discernir, si cambiar la bandera o dejarla tal como está. Yo, por supuesto, la bandera que ni me la toquen. Que sería ver a la Roja, pasándolas moradas; ese color está bien para el Madrid o para el Valladolid, pero la Roja será roja en honor a Zapatero. El que nos enrojeció hasta el calzón que, antes era azul.
Todo esto supone, que los españoles no nos vamos a conformar con una algarabía en la Puerta del Sol. Vamos a votar con intención nacional, pese a los separatistas de mayor egoísmo, y vamos a salir a la calle con la papeleta en la mano o en la boca, que esto no es el pitorreo de la tal Europa más allá de los Pirineos; porque España nos importa. Y si los inconscientes nos llaman por opresión anarquista…. Lo que nos llamen, vamos a ser conscientes de todo lo que nos jugamos, no hablamos de dos euros, hablamos de la nacionalidad española. Luego votaremos equilibrio entre el exceso de poder del capital y sus financieros, y los sociales derechos al trabajo y para el trabajo un salario más digno. Donde el mínimo, sea acorde con un nivel de vida correcto.
Ni vagos ni maleantes, pero tampoco los chorizos. Que ya está bien que, los abusos salariales de políticos y financieros hay que reglarlos a una baremación moral, real y escueta. Las picardías penarlas, no porque devuelvan lo amañado ¡no!, sino por que penen, les multen y devuelvan. Nada de pamplinas a la galería, donde la justicia quede en duda por juegos de jurisprudencia. Transparencias, sí, pero para todos.
Y en cuanto al medio militar, ojo, que se nos puede ir de las manos nuestras fronteras. Y no podemos dejar que se convierta en chatarra, sólo por que el negocio capitalistas y sus logias, así lo quieran para nosotros. España no puede ser el corralito residual de lo que Europa del Norte no quiere; la migración ilegal debe de ser cortada sin demagogias baratas, sino efectivas y tajantes. Este País no puede convertirse en aquellas tribus que fuimos, y de sobra sabemos del pie que cojean los antiguos imperios, al paso y compás de una arquitectura auspiciada por el francés Valéry Giscard d'Esteing. Más aún, cuando ahora seremos de Borbón y Grecia… Y Ortiz. Amen.
