Detenido tras darse a la fuga en la frontera con 5 inmigrantes escondidos en el coche

Tres de los cinco inmigrantes son menores de edad. Estaban repartidos entre el maletero, el salpicadero y los bajos de los asientos traseros

La Guardia Civil ha detenido a un joven marroquí de 26 años tras saltarse los controles de seguridad en el paso fronterizo de Beni-Enzar y entrar en Melilla dándose a la fuga en el coche que conducía, donde llevaba a cinco inmigrantes de origen subsahariano escondidos en dobles fondos. Dos guardias civiles han resultado heridos por la violencia que empleó este supuesto traficante de inmigrantes para resistirse a su detención. Estos hechos suceden 24 horas después de que un coche kamikaze accediera a Melilla por el paso fronterizo de Farhana con 9 inmigrantes a bordo. El método de entrada del caso de ayer no era exactamente un coche kamikaze, ya que el Volkswagen Golf de matrícula marroquí que conducía el ahora detenido accedió al puesto fronterizo de Beni-Enzar con normalidad y guardando turno en la cola, según informó la Delegación del Gobierno en una nota de prensa. El coche, cuando ya estaba aproximándose al primer control policial del lado español, dio un cambio brusco de dirección, tomó un carril aledaño al que venía ocupando y, a toda velocidad, burló peligrosamente los controles policiales, provocando daños a su paso en una de las barreras del mismo recinto fronterizo y obligando a los agentes a abandonar sus puestos para no ser arrollados.
Tras lo sucedido, de manera inmediata, se estableció un cerco policial en la Avenida de Europa, aunque el vehículo se desvió por una de las calles próximas a la frontera. Allí, su conductor abandonó el coche, tiró las llaves y se dio a la fuga a la carrera. Sus intentos por escapar no dieron ningún fruto gracias a la rapidez de los agentes de la Guardia Civil en la persecución, con la que pronto lograron darle alcance y reducirlo.
El conductor se opuso a su detención con violencia, por lo que dos de los agentes que actuaron en la persecución resultaron heridos con contusiones, golpes y arañazos por las que precisaron asistencia sanitaria, si bien su estado de salud es bueno, tal y como apuntó la institución gubernamental.
El conductor no llevaba documentación encima, de ahí su intento de saltarse los controles de seguridad antes de ser sorprendido en el filtro documental de la Policía Nacional en la frontera. No obstante, se le ha podido identificar como un individuo de nacionalidad marroquí y 26 años de edad, que pasará a disposición judicial acusado de atentando y resistencia a la autoridad, y de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

Los cinco inmigrantes
Tras la detención, la Guardia Civil localizó a cinco inmigrantes en el interior del vehículo, tres de ellos menores de edad. Estaban repartidos entre el maletero, donde había dos subsaharianos, el salpicadero, donde había otro metido en un habitáculo practicado en el salpicadero, y bajo los asientos traseros, lugar en el que había un doble fondo con dos inmigrantes en su interior.
Los inmigrantes requirieron primeros auxilios por parte de los agentes, ya que presentaban signos de entumecimiento, respiración agitada y desorientación, aunque todos se recuperaron sin necesidad de asistencia médica.

Apoyo del delegado
La Delegación del Gobierno reconoció ayer tras lo sucedido la “rápida y eficaz reacción” de los agentes de la Guardia Civil que por la mañana cubrían servicio en la frontera de Beni-Enzar, lo que permitió detener con inmediatez al conductor poco después de lograr traspasar el recinto fronterizo “a la carrera y eludiendo temerariamente el control policial en una arriesgada maniobra, claramente premeditada”.
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, transmitió personalmente su apoyo y reconocimiento a los guardias que actuaron y volvió a hacer público su compromiso y solidaridad con los agentes policiales que prestan servicio en las distintas fronteras de Melilla.
Para Abdelmalik El Barkani, es preciso ahondar en el trabajo de detección y lucha contra mafias sin escrúpulos que, poniendo en riesgo extremo a los funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, posibles transeúntes y los propios inmigrantes, “explotan el tráfico de seres humanos a cambio de pingües cantidades de dinero”.

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