Aquel que desea que su vida se torne realmente interesante, solo tiene que sumergirse en las profundidades desconocidas de sus emociones, inclinaciones y tambien de sus sentidos, pues quien se vuelve investigador de si mismo, puede llegar también a acceder a los programas más hondos que ha creado en existencias pasadas y que influyen en su vida actual. Quien por tanto se mire sin tapujos en el espejo de cada situación, se hará cada vez más consciente de que todo ser humano crea su propia ley, la cual nace de lo que uno mismo ha introducido en su interior, como por ejemplo su sentir, pensar, hablar y obrar. Lo que sembramos a través de nuestra forma de sentir, pensar y comportarnos, se transformará tarde o temprano en nuestra cosecha. Si sembramos cosas buenas, cosecharemos cosas buenas, si sembramos una mala semilla, cosecharemos cosas malas. Discordia, descontento, egoísmo, pasión, odio, envidia, enemistad, codicia y muchas otras cosas, son nuestro ego y son los aspectos que forman nuestro destino. Ésta es la cosecha de nuestra siembra ya que según la ley de emitir y recibir, sólo vuelve a nosotros lo que hemos emitido.
La mayoría de nosotros alguna vez se ha preguntado: ¿Qué me traerá el destino a mí y a los míos? a lo que la mayoría contesta que nuestro destino está envuelto en la niebla de lo misterioso. Pero esto no debe ser así, pues muchas cosas se nos hacen manifiestas solo cuando echamos una mirada valiente a nuestros pensamientos, a todo nuestro comportamiento. Pero quien investigue superficialmente, se engañará con facilidad ya que la clave está en captar en profundidad la forma en que nuestra propia vida se expresa, es decir, ver qué hay detrás de todo ello. Pocas veces somos conscientes de que pensamos una cosa pero decimos otra, ocultando lo que realmente pensamos sobre algo o alguien. Esto significa que los pensamientos y palabras en muchas ocasiones tienen su propia envoltura, por lo que a menudo suenan de modo diferente a como son, es decir a como es su contenido. Precisamente los contenidos, es decir, lo que realmente está detrás de los pensamientos, de las palabras y también de los actos, por ejemplo la motivación, el sentimiento o la verdadera intención, es lo importante, no lo que hemos pronunciado, sino lo que realmente contiene y esto, su contenido, es lo que va a determinar nuestro destino. Ahora más de uno querrá saber cuando será el momento en que se producirán los efectos de sus causas, sin embargo esto solo lo determina la acción de los astros donde están grabadas nuestras introducciones, es decir nuestro comportamiento, ya que los astros hacen las veces de libros de registro. En este punto habría que aclarar que el golpe del destino puede llegarse a producir o no, y esto lo determina cada uno de nosotros por sí mismo. Por ejemplo quien se ha reconocido a si mismo en su comportamiento erroneo, se arrepiente y no vuelve a cometer los mismos errores, se disuelve en él más de un golpe del destino. Se puede decir que en él se ha transformado lo negativo en fuerza vital positiva.
En cada alma, que es el cuerpo espiritual inmortal, está contenida de forma natural la Ley universal del amor, que para nosotros las personas están expresadas de forma comprimida en los Diez Mandamientos dado por Moisés y en el Sermón de la Montaña de Jesús de Nazaret, los que pueden ser para nosotros, sí así lo decidimos, la mejor guia para orientar y conducir nuestra vida en relación a nosotros mismos, a nuestro projimo y a la naturaleza. Además para todos aquellos que han buscado las claves para una vida feliz en la Tierra, habría que decir que siempre ha estado cerca, ya que tanto Los Diez Mandamientos como El Sermón de la Montaña contienen las claves para una vida, plena, feliz y con exito.
Teresa Antequera Cerverón, De la publicación: "Yo, yo, yo. La araña en la telaraña" www.editorial-la-palabra.com
