El cual puede no ser ¡seguro! el de usted, aunque puedan ser nuestras vivencias las mismas. Lo que está claro es que, por la edad, el pasado y a la vista del presente, hemos de rozar la conformidad razonada partiendo de eso tan genérico como es la moral.
Decía Carlos Marx que, la religión es el opio del pueblo; está claro que la enseñanza de la moral educa las actitudes para bien a unos y para mal a los otros. Todo depende de la “testosterona” de cada cual, la que posiblemente es la culpable de impetuosas actitudes tanto en el hombre como en la mujer. Todo ello nos implica que si no tenemos cierta moral, sería el deseo excesivo el que dominaría la acción mental. Esto ocurre con todo y en todo bicho viviente, prueba de ello es que cuando “capamos” a un animal irracional, acabamos normalmente con su actividad, se vuelve más dócil sin necesidad de llamar al 016 del Seprona ¿o no?, quedando solas sus acciones en retoces cariñosos, sin ir más lejos; habrán observando ustedes en la historia como se protegía a las mujeres (harén) que en aquel entonces el “semental” protegía con eunucos, en su claro deseo de favor cubrirlas en su pasión que ellas más “sumisas” disimulan, aún siendo su interior cámara magmática de pasión, que cuando estalla es lava incandescente y abandono loco de sensaciones antes frustradas por contenidas, tal y como las femme despachan reclamando la eliminación del celibato al que la moral las somete.
Si hemos de ser sinceros con nuestros malos pensares y pecadosos deseos, debiéramos de copiar de la naturaleza animal irracional, los que por naturaleza cumplen con el “crecer y multiplicaos” sin constreñimiento de naturales haceres para la supervivencia de las razas, eso sí, ellos sin mezcla de mal alguno ni cambios trasnochados, ni cunas ni biberones, ni brazuelos que te jaleen mimos, ni siquiera enseñarte a andar. Lo curioso es que ellos nacen asimilando la herencia de los genes de la supervivencia que, sólo por nacer obtienen de sus progenitores, aparte de los ciertos cuidados vigilantes de la madre. Solo vi el acto de matar un bebé, en cierto tráiler o film que de osos americanos se trataba, donde un oso cualquiera y para obtener la copula en la osa, largo un zarpazo al osezno que lo mando a metros de distancia (lo mató, claro está) y dentro de la bestialidad hemos de decir que no era su padre. Cosa que el “humano” hoy en día lo práctica por simpatía y encima salen de la cárcel en ¿20 años?. La cosa es de alguna manera “copular” a la mujer.
Sinceramente aquel film me deja tan desagradable visión que hoy mi memoria lo saca a colación. Pero no es esta la cuestión de mis líneas, la cuestión es denunciar el desmadre que en democracia estamos viendo. El 016 a la vista de las decisiones del juez, no sirve para nada; hemos llegado a tal conceptos de libertades que esperamos que con buenas palabras de logia se termine con la violencia social. Pues miren ustedes, si ni siquiera se cumple con la cadena perpetua “revisable” la justicia liberal no sirve para nada. Siempre ha habido un refrán que dice que “el que la hace la paga”, y pienso si no será hora de llegar a lo más natural, sin negocios por derecho ni atenuantes que valgan. No es admisible tanta consideración hacia el criminal, el mafioso, el narco, el “chorizo” de guante blanco, el violador, el pederasta, el político que traiciona a la constitución y la ley, en una palabra “al pueblo”. Hay que dignificar al que produce bienestar y seguridad social, y que mejor que cumplan las condenas completas los maleante. ¿es lógico que cuatro niñatos como son los de Marta del Castillo o los violadores de Guexo (Guecho) o San Fermín, se estén riendo en el tiempo, de la Justicia? Piense, porque algo está fallando… y ya es demasiado. ¿Quizá es que se ha incrustado en la política neo-liberal a través de una democracia mal establecida sólo los corruptos neoliberales de logia material, sin razón ni espíritu? Piensen; es hora de empezar el cambio regenerativo, cúmplase la condena completa y ampliada. Sean lacayos o señores, reyes o plebeyos, políticos o prestamistas ¡Ya!
