La plataforma en defensa de las tradiciones denunciará al presidente de Melilla, Juan José Imbroda, y a la consejera de Presidencia, Paz Velázquez, por “poner en peligro la salud pública” al permitir la venta de animales vivos en cebaderos con motivo del Aid El Kebir. El presidente de Coalición por Melilla (CPM) y líder de la oposición en la Asamblea, Mustafa Aberchán, anunció ayer la interposición de esta denuncia en el juzgado de guardia, ya que considera que Imbroda y Velázquez “prevarican” porque “es un fraude de ley que permitan la venta de animales vivos” en esas explotaciones ganaderas privadas. Aberchán recordó que esa venta en cebaderos ya ocurrió el año pasado cuando el paso de borregos procedentes de Marruecos estaba prohibido por el brote de fiebre aftosa y se importaron animales de la península para la celebración de la Pascua Grande, que fueron trasladados a esas explotaciones, en las que después eran vendidos a las familias musulmanas de la ciudad.
Aberchán insistió en que la Ley es muy clara al indicar que los cebaderos son explotaciones ganaderas para cebar y engordar animales y enviarlos al matadero, no para una actividad comercial como, a juicio del líder cepemista, ocurrió el año pasado y volverá a suceder este por el consentimiento de Imbroda y Velázquez.
El líder de la oposición dejó claro que desde su partido no lo piensan consentir por el “ejercicio de responsabilidad” y su creencia de que “la convivencia es la única solución para andar en la conquista de un horizonte mejor para todos”.
Las dos opciones
Según Aberchán, se trata de “un problema muy gordo” que se podría solucionar “con prontitud” con dos opciones, una de ellas que las explotaciones ganaderas de la Ciudad Autónoma se pongan a disposición del Pueblo de Melilla para llevar hasta ellas los borregos.
La otra opción es que el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) elimine el apartado c) de la Orden Ministerial que entró en vigor el 26 de julio de este año, tras su publicación el día antes en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Este apartado dice que el paso de borregos “se tratará de movimientos con destino a una explotación ganadera incluida en el Registro General de Explotaciones Ganaderas, de acuerdo con el Real Decreto 479/2004, de 26 de marzo, por el que se establece y regula el Registro general de explotaciones ganaderas, sita en Melilla, que disponga de la suficiente capacidad para alojar a los animales antes de su sacrificio”.
“Un conflicto entre dos países”
El líder de la oposición se mostró muy crítico con las declaraciones que hizo el jueves el presidente melillense, a quien dejó claro que “Melilla no es una granja particular suya, ni España ni la ley son suyas”.
“Él es conocedor de que el follón se ha montado por parte de ellos y es el Gobierno del PP el que debe solucionar el problema”, subrayó Aberchán, que insistió en recordar a Imbroda que se trata de “una cuestión muy grave que puede llevar a esta ciudad a un conflicto entre dos países”.
Lo acusó de estar comportándose no como el presidente de todos los ciudadanos melillenses, sino “como el presidente de un grupo de ciudadanos, más bien como presidente del PP”.
También instó a Imbroda a que aclare si el jueves estaba llamando “terroristas” a los miembros de CPM cuando afirmó que son capaces de todo “sin preocupar los medios para conseguir el fin”. “Si usted dice esto de una formación política que ha ostentado el gobierno de la ciudad y que ha respetado la convivencia de forma ejemplar, usted no tiene vergüenza”, espetó Aberchán a Imbroda para responder a sus declaraciones.
Aberchán dio la razón a Imbroda respecto a que “si Melilla se quema, nos quemamos todos”, pero aclaró que quien está pegando fuego al bosque es el propio presidente y no CPM, como éste afirmaba. “Nosotros traemos agua para apagarlo con diálogo y propuestas”, aseveró Aberchán, que ha enviado un fax al Mapama para pedirle que “desbloquee lo que han bloqueado ellos”.
También ha enviado una carta al presidente del Gobierno “con las reflexiones de Juan José Imbroda” para ver si él considera que hay que dialogar o no.
