La Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Melilla (FAMPA) y del Centro de Educación Especial Reina Sofía han denunciado una presunta vulneración de derechos a un alumno de dicho centro con necesidades educativas especiales al no permitírsele subir al autobús escolar.
Según ha explicado a este periódico su presidente, Joan Casares, que estuvo acompañado por la madre del menor Fadma Abdeselam y del propio estudiante de 16 años de edad, Aiub Bumedien, la decisión ha sido adoptada de manera unilateral por el conductor de dicho vehículo, como forma de castigo por un supuesto lanzamiento de una pequeña piedra contra el cristal del vehículo, a pesar de que tanto la familia como Casares han negado que dicha acción supusiera ningún daño al autobús ni exista un informe que corrobore esta acusación.
Cuando el menor presuntamente arrojó la pequeña piedrecilla, “una china”, el conductor se bajó del autobús para hablar con la madre y comunicarle que el niño no va a subir más al autocar.
Joan Casares y la familia del menor han destacado que Aiub “no deja de ser un niño especial, con mucho retraso madurativo y que por lo tanto estos comportamientos no son no son aceptables en un niño normal, pero en un niño así pues no es que tengamos que aceptarlo, pero él no tiene una conciencia de lo que ha hecho sea grave”.
El presidente de la FAMPA ha resaltado que el autocar “no tiene daños, no hay rotura de cristal, no hay nada, no hay ni siquiera un parte, no hay ni siquiera unos daños específicos, pero a partir de ahí empieza un poco el periplo” que impide a este alumno acudir a su centro educativo porque se le niega el acceso al autobús escolar dispuesto por el Ministerio de Educación para este alumnado.
Casares ha admitido que no entiende como una decisión de este tipo puede ser adoptada de forma unilateral por el chófer de un autobús.
La madre ha mostrado su desesperación por este caso porque explica que “yo le hablo al niño, que es epiléptico y tiene retraso madurativo, pero es un bebé que sigue haciendo lo suyo. ¿Y qué le hago? Esto es el problema, que no sé ya qué hacer, no sé qué decirle”.
Tanto la FAMPA como la familia del menor esperan la intervención de las autoridades educativas para que pongan fin a este caso de presunto caso de vulneración de derechos de un alumno de educación especial que requiere de este medio de transporte para poder asistir a su centro escolar porque, de lo contario, se tiene que quedar en casa.
El lunes está previsto que la madre sea recibida por un responsable educativo para abordar este caso y se deje de prohibirle el acceso al autobús escolar.
