Les escribo con la urgencia y la indignación de quien ve cómo un problema administrativo se está convirtiendo en un drama para muchas familias de Melilla.
En la Consejería/área de Fomento, la persona responsable de emitir los informes necesarios para autorizar la venta de viviendas no está realizando su trabajo. El resultado es tan simple como devastador: pisos que no pueden venderse, familias atrapadas sin poder disponer de su propiedad y un mercado inmobiliario paralizado.
No estamos hablando de un retraso puntual, sino de un bloqueo prolongado que deja a decenas de vecinos sin salida. Cada día que pasa hay personas que pierden oportunidades, que ven frustrados sus planes de vida y que sienten que la administración les da la espalda.
Esto no puede seguir ocurriendo en silencio. Melilla merece transparencia, merece explicaciones y, sobre todo, merece soluciones inmediatas. Su papel como medio de comunicación es clave para destapar lo que está sucediendo y exigir responsabilidades.
Les pido que investiguen, que pregunten y que cuenten lo que está pasando. Porque cuando la administración falla, el periodismo es la última línea de defensa de la ciudadanía.