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Denuncia por maltrato: “Se negaba a comprarme la medicación”

El juicio, que se llevó a cabo en la sala número 2 de lo penal, aborda los hechos ocurridos durante los días 18 y 21 de septiembre, cuando tras una serie de discusiones, la mujer decidió denunciar al marido por maltrato. Según la denunciante, que se encuentra desde hace años en tratamiento psiquiátrico y psicológico, su marido “le prohíbe salir a la calle”, no tiene teléfono, no le permite ponerse a trabajar “a pesar de la situación económica” y se ha negado a comprarle la medicación que necesita para su depresión. El hombre negó todas las acusaciones y dos testigos (familiares) corroboraron su versión. En base a las supuestas “incoherencias y mentiras” en su declaración y a los testimonios de los testigos, la defensa solicitó la absolución para el acusado. El juicio, que se llevó a cabo en la sala número 2 de lo penal, aborda los hechos ocurridos durante los días 18 y 21 de septiembre, cuando tras una serie de discusiones, la mujer decidió denunciar al marido por maltrato. Los implicados llevan 10 años juntos y tienen dos hijos en común, habiendo residido por un tiempo en Alemania.
La pena que pide el Ministerio Fiscal, por dos delitos de maltrato ocasional y vejaciones injustas, es de 1 años de prisión (por cada delito de maltrato) y 21 días de arresto domiciliario, además de la interposición de una orden de alejamiento de 200 metros.

La versión de la fiscalía
La acusación se apoya en el testimonio que ofreció la mujer y en la aportación de un informe médico (crisis de ansiedad) y otro psiquiátrico posterior, en el que se determinaría que la denunciante sufría un trastorno adaptativo con motivo de su situación de pareja. Según dicha acusación, los hechos comienzan el 18 de septiembre cuando, tras una discusión motivada por que “había salido a la calle”, el marido -que “llevaba días agresivo y nervioso”- habría insultado y agredido a su mujer, llamándola “puta”, “sinvergüenza” y “loca”, y provocando un grave estado de nerviosismo a los hijos de la pareja.
Tras los hechos, la situación se calmó hasta el día 21 cuando, tras pasar la mañana “realizando gestiones”, la pareja volvió a discutir, y dicha discusión se saldó con violencia de nuevo “me zarandeó, me quitó las llaves del coche y me dejó en la calle”. Cuando fue a por sus cosas, su marido supuestamente la habría perseguido para insultarla y escupirle, hecho que habría precipitado la decisión de dejarlo y denunciarle “por sus hijos”.
Según la denunciante, que se encuentra desde hace años en tratamiento psiquiátrico (en la actualidad toma depresivos y ha tomado ansiolíticos) y psicológico por sufrir intensas depresiones, su marido “le prohíbe salir a la calle”, no tiene teléfono, no le permite ponerse a trabajar “a pesar de la situación económica” y se ha negado a comprarle la medicación que necesita para su depresión.

La versión de la defensa
El acusado, cuya defensa aportó tres testigos (dos familiares del acusado y un agente de la Policía Nacional), afirmó en todo momento que el día 18 no hubo más que “una discusión corriente” y que no la “zarandeó” ni la “insultó”. Dicha discusión estuvo motivada por los problemas económicos que atravesaba la pareja, dado que el acusado está “en un momento delicado” en cuanto a ingresos.
El día 21, según el acusado, la discusión que precipitó los acontecimientos vino provocada por una conversación con su suegra, quién le preguntó por los problemas que atravesaba la pareja, provocando que el acusado reaccionara instándola a “no meterse en su relación”, lo que, según la versión del acusado, causó que su mujer le acusase de “faltar al respeto” a su madre, instándole a llamarla para disculparse. El acusado afirmó que su suegra “ha estado provocando problemas 10 años, metiéndose en la relación… ella nunca ha querido que su hija esté casada conmigo, quería a alguien con más dinero”. Según su versión, tras negarse a disculparse con su suegra, fue la mujer la que le insultó, llamándole, entre otros insultos, “poco hombre”.

Los testigos
Dos testigos, familiares del acusado, corroboraron la versión del hombre y negaron haber sido nunca testigos de ningún acto o actitud violenta del acusado hacia su mujer.
El tercer testigo llamado por la defensa fue el agente de policía que acompañó a la denunciante, el día 22 de septiembre, a recoger sus enseres personales al domicilio familiar, el cual declaró que la situación se les “fue de las manos” cuando la mujer comenzó a “provocar” y “discutir” con el acusado y sus familiares, que “en todo momento estuvieron tranquilos”. Según el agente “se preocupaba más de discutir que de recoger sus enseres personales”.
En base a estos testimonios, la defensa solicitó la absolución.

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Fernando Lamas Moreno

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