Un evento, por tanto, de vital importancia para afianzar el futuro cultural y una ocasión idónea para volver a desarrollar una nueva campaña de animación a la lectura, cuyos resultados en la ciudad son más que satisfactorios. Las cifras cantan. La Biblioteca Pública cuenta con 25.650 socios y 62.367 títulos. No es mal número para una ciudad con una población cifrada en 85.000 habitantes. Se sabe que los antiguos egipcios utilizaban el papiro confeccionado con tallos fibrosos y lisos de la planta que crecía en las orillas del Nilo y que luego, gracias a la difusión comercial de los fenicios, se transformó en el soporte para la escritura más utilizado por los pueblos del Mediterráneo en aquellos remotos tiempos. El pergamino y la vitela , fabricados con piel de oveja y cuero de cabra respectivamente, fueron los soportes más frecuentes durante tiempos medievales. De la mano de los árabes, llegó el tiempo del papel. En la actualidad vivimos la etapa del "libro electrónico" o "e-book".
El libro impreso tiene algunas ventajas difíciles de emular a través de las nuevas tecnologías el hecho de pasar de mano en mano, debido a su fácil transporte, así como la facilidad de leerse en cualquier parte sin necesidad de estar pendiente de ninguna fuente de alimentación. Por su parte el e-book ofrece la inmensa capacidad de almacenamiento entre otras comodidades.
Esta evolución nos hace pensar ¿cómo serán entonces los libros del futuro? ¿Llegará a ser el papel una curiosidad para coleccionistas, anticuarios y románticos del clasicismo? En cualquier caso, solo una cosa es segura y es que seguiremos leyendo y disfrutando de la lectura o al menos eso es lo que habría que perpetuar, porque lo importante es que el libro y la lectura tengan su vida asegurada.
La lectura es una de las actividades más importantes y útiles que el ser humano realiza a lo largo de su vida y que, por lo general, comienza a adquirirse muy lentamente desde temprana edad y se mantiene de por vida, ya que ese hábito cuando se inculcado desde la niñez no se pierde con el tiempo.
La lectura, con independencia de sus diversos objetivos, siempre actuará como un fenómeno que nos permite alentar nuestra imaginación, crear nuevos mundos en nuestras mentes, reflexionar sobre ideas o conceptos, mejorar nuestra ortografía o profundizar sobre otras realidades.
En este contexto la Consejería de Cultura, que preside Simi Chocrón, presentaba ayer la vigesimoséptima edición de la Semana del Libro de Melilla, ya que si algo caracteriza la programación cultural melillense es la efeméride que nos cita con el libro en su "semana grande" en este caso su "mes grande".
Pero se trata de algo más que el homenaje al saber impreso ya que aporta la diversidad de la expresión artística y literaria a través de monografías, ediciones conmemorativas, cartografía, teatro, feria del libro, talleres de poesía, cuentacuentos o dibujo, certámenes de creación, títeres o exposiciones que conforman la amplia programación de actividades.
Un evento por tanto de vital importancia para afianzar el futuro cultural y una ocasión idónea para volver a desarrollar una nueva campaña de animación a la lectura, cuyos resultados en la ciudad son más que satisfactorios. Las cifras cantan. La Biblioteca Pública cuenta con 25.650 socios y 62.367 títulos. No es mal número para una ciudad con una población cifrada en 85.000 habitantes.