Parece claro que lo que pide el PSOE sobre la inclusión de esta línea en el contrato marítimo no es lo que más nos conviene a los melillenses, sobre todo cuando somos nosotros y nuestra conectividad la razón de ser de los contratos de servicio público que impulsa el Estado. Hay que dejar atrás de una vez este viejo debate que empieza a reactivarse, más aún cuando nada amenaza a priori la continuidad de la línea de Motril Dos años después, se repite la historia y la polémica con la línea marítima que conecta Melilla con Motril. Hay que recordar que esta ruta comenzó a funcionar en verano de 2011, lo que supuso todo un hito para esta ciudad porque por primera vez conseguíamos la anhelada competencia en algo tan esencial para nosotros como es el transporte que nos conecta con el resto del país. La estrategia empresarial de la Naviera Armas, apostando por Melilla con un barco moderno, tarifas competitivas y un servicio de buena calidad, permitió que esta línea marítima fuera todo un éxito en muy poco tiempo. El hecho de que siga funcionando pese a no tener subvención estatal y los resultados que está obteniendo así lo demuestran, dado el elevado índice de satisfacción que los melillenses tienen con esta ruta marítima. También están muy contentos en Granada, donde el puerto de Motril obtiene grandes beneficios gracias a las tasas que pagan cada uno de los pasajeros que embarcan y desembarcan, lo que también contribuye a dinamizar la economía de aquella provincia.
El PSOE, en una repetición de la jugada de lo que ocurrió en la antesala de la adjudicación del contrato marítimo de 2015, ha vuelto a defender que la línea Melilla-Motril se declare como servicio público para garantizar su continuidad, dado que ahora funciona por una decisión empresarial, criticando al Gobierno central por no haberlo hecho en este contrato marítimo. También en Motril han reactivado la plataforma de apoyo a la línea de Motril por el impacto económico negativo que podría tener para aquel puerto si la línea marítima dejara de funcionar.
Todos ellos, PSOE y plataforma motrileña, deberían tener claro que la declaración de interés público de una línea marítima se hace para garantizar la conectividad de los territorios extrapeninsulares, en este caso Melilla, no por razones de negocio en los puertos españoles. Por lo tanto, la propuesta socialista de declarar servicio público la línea de Motril para no perjudicar al puerto granadino es errónea desde su base.
Incluso cabría decir que es podría ser perjudicial para Melilla declarar esta línea de interés público, porque si así se hiciera, correríamos el riesgo de perder una parte importantísima de la competencia que ahora tenemos y que tanto beneficio nos ha dado a los melillenses, que somos los que usamos esa ruta para desplazarnos. Y además, con un gasto extra aproximado de varios millones de euros anuales que cuesta tener una línea de interés público entre Melilla y la península.
Por ello, parece claro que lo que pide el PSOE sobre la inclusión de esta línea en el contrato marítimo no es lo que más nos conviene a los melillenses, sobre todo cuando somos nosotros y nuestra conectividad la razón de ser de los contratos de servicio público que impulsa el Estado. Hay que dejar atrás de una vez este viejo debate que empieza a reactivarse, más aún cuando nada amenaza a priori la continuidad de la línea de Motril.